La lectura de hoy se encuentra en Hechos 13. Aquí aprendemos acerca del primer viaje misionero de Pablo con Bernabé. Es interesante notar que fue Dios quien eligió a estos dos de entre varios otros hombres aptos para la misión de predicar el Evangelio. La iglesia ayunó y oró por ellos y finalmente les impusieron las manos y los enviaron a cumplir el propósito divino.
Desde el primer momento que salieron de viaje, Pablo y Bernabé enfrentaron oposición. Fue en la Isla de Pafos donde encontraron a “un falso profeta judío llamado Barjesús.” Sin duda que este individuo había disfrutado de influencia ya que podía llevar a cabo señales que parecían ser de Dios. Aún así, el gobernador Sergio Paulo quiso escuchar el Evangelio y este hechicero se quiso interponer. Habiéndose opuesto tanto, Pablo finalmente le dijo que Dios estaba contra él y que quedaría ciego por algún tiempo. Al instante sucedió lo dicho y este hombre trataba de buscar quién lo guiara. Este milagro causó que el gobernador creyera y se maravillara de la enseñanza del Señor.
Otra dificultad que Pablo y Bernabé confrontaron fue que al llegar a Perge de Panfilia, Juan Marcos, hijo de María, y joven acompañante de ambos en este viaje misionero, decidió regresarse a casa. Nadie sabe con exactitud la razón de esta decisión tan repentina. Sin embargo, hay algunos teólogos que creen que esto ocurrió debido a que sintió nostalgia por su hogar y prefirió regresar. Eventualmente, esta decisión traería graves consecuencias y una separación entre Pablo y Bernabé.
Eventualmente, llegaron hasta Antioquia de Pisidia y en el Día de Reposo entraron a la sinagoga para adorar a Dios. Como era costumbre, los jefes de la sinagoga les permitieron unas palabras ya que ellos eran hombres judíos y visitantes. Fue entonces que Pablo les predicó el Evangelio de Jesús. Les habló de cómo había muerto y también resucitado de entre los muertos para dar salvación y vida eterna. Al principio, los jefes judíos quisieron oír más acerca de todo esto y los volvieron a invitar al siguiente Dia de Reposo. Sin embargo, a la siguiente reunión, viendo los jefes de la sinagoga que muchos habían venido para escuchar el mensaje del Evangelio, se enojaron y comenzaron a contradecir todo y cuanto Pablo y Bernabé hablaban. Fue tanto el enojo de estos líderes que movieron sus influencias con mujeres muy distinguidas y con hombres prominentes de la ciudad y lograron que Pablo y Bernabé fueran expulsados de la ciudad. Fue entonces que Pablo les dijo, “Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles.” Y desde ese momento, Pablo se dedicó a predicar el Evangelio a los no judíos y estos recibieron el mensaje de salvación con gran gozo.
¡Qué triste es que cada vez que deseamos llevar a cabo la voluntad de Dios, surjan oposiciones terribles! Mientras estemos llevando a cabo nuestros propios planes y deseos, las cosas parecerán marchar bien. Pero al obedecer a Dios, todo lo que pudiera salir mal, saldrá mal. Aún así, Dios cumple Su propósito y nos da ánimo para continuar en la misión que nos ha delegado. ¡Sigamos adelante que Dios hará con nosotros grandes cosas si perseveramos!
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