Saturday, February 28, 2009

NO PREFIERA A LOS CERDOS


La lectura de hoy se encuentra en Marcos 5 y nos relata varias historias. De estas, la que más ha llamado mi atención es la de aquel hombre gadareno poseído por muchos espíritus inmundos o demoníacos.


Todo comenzó cuando Jesús llegó con Sus discípulos a la región de Gadara. Inmediatamente que desembarcó, este hombre le salió al encuentro. Quien hablaba no era el hombre, sino el espíritu malo que lo había poseído. La Biblia dice que este individuo vivía entre los sepulcros. En aquel entonces, esto sería vivir entre las cuevas y colinas en donde eran puestos los cuerpos de aquellos que ya habían muerto. Todo lo que esta persona hacía era lastimarse a sí mismo con piedras y andar entre los sepulcros dando gritos. Si trataban de atarlo, tenía la fuerza suficiente para romper aquellas cadenas y liberarse. ¡Era un hombre fuera de control!


Aquel espíritu inmundo reconoció a Jesús y lo identificó como “…Jesús, Hijo del Dios Altísimo…” Jesús también demandó que aquel espíritu se identificara preguntando su nombre. El espíritu respondió, “Me llamo Legión porque somos muchos.” Una legión era la unidad básica del ejército romano y consistía de entre 3,000 a 6,000 soldados de infantería incluyendo su caballería. ¿Se imagina lo atormentado que estaba este hombre con tantos espíritus dentro de él? Pero note que Jesús no se asombró del número, sino que les mandó que salieran y lo dejaran libre. Aquellos demonios pidieron a Jesús autorización para entrar en unos cerdos que estaban cerca. Jesús les dio permiso, pero los animales se espantaron tanto que se cayeron al lago y se ahogaron.


Uno creería que esto sería suficiente como para adorar a Jesus. Y a pesar que esta fue la actitud de aquel que había sido poseído por estos demonios, la gente de los alrededores actuó de forma distinta. La Biblia dice que aquellos que cuidaban de los cerdos salieron huyendo para avisar a todos en el pueblo lo que había ocurrido. Cuando los del pueblo llegaron a donde estaba Jesus, se sorprendieron de ver al endemoniado actuando de manera normal y sentado a los pies de quien lo había hecho libre. Esto espantó terriblemente a los habitantes de aquel lugar y le rogaron a Jesus que se fuera.


¡Qué triste que aquella gente hubiera sacado a Jesus de su ciudad! Aparentemente, preferían vivir con un endemoniado que con una persona en su justo juicio. Preferían mantener a miles de sucios cerdos que experimentar la liberación de una persona del poder del diablo. Y prefirieron vivir en sus temores antes que abrazar a Dios Todopoderoso quien puede cambiar todas las cosas. Permita Dios que nosotros no seamos así. Permita Dios que amemos más las almas que cualquier otra cosa. Y permitamos nosotros que Dios haga lo que El quiera, aunque nos cueste un montón de cerdos, para liberar a quienes El ama.

Wednesday, February 25, 2009

JESUS YA NO DUERME


La lectura de hoy se encuentra en Marcos 4. Hay varias historias que se nos cuentan aquí, pero la que llama mi atención es la de los discípulos enfrentando una tormenta mientras Jesús dormía en la barca.

La Biblia dice que Jesús había estado enseñando a las multitudes acerca del Reino de Dios. Les había relatado la parábola del sembrador y de la luz que se pone en alto para alumbrar una casa. Al final del día, Jesús le dio la orden a Sus discípulos, “Crucemos al otro lado.” ¡Que seguridad hay en las palabras de Aquel que todo lo conoce! Lo admirable es que los discípulos inmediatamente obedecieron a Su orden. No cuestionaron ni titubearon, sino que rápidamente se lanzaron a la mar.

Repentinamente se desató una tormenta inusual. Varios de los que estaban en la barca eran pescadores veteranos y acostumbrados a los azotes del viento y a las gigantescas olas. Pero en esta ocasión, algo ocurrió que causó grande espanto y desesperación. Entretanto, Jesús se había acostado en la parte trasera de la barca para descansar. Los discípulos estaban tan espantados que comenzaron a gritar y a pedir Su ayuda. Pero es interesante notar que al acercarse a El, lo hicieron de una forma recriminatoria, “Maestro, ¿no te importa que nos estamos hundiendo?” Jesús se levantó y le habló al viento y al mar dándoles la orden de que se calmaran. Los dos obedecieron al momento y hubo gran paz.

Hoy en día, estamos atravesando momentos difíciles y complicados. La crisis financiera ha tocado a todos y nos encontramos en medio de un mar turbulento azotados por vientos que pudieran hundir nuestra barca. Pero, ¿acaso no está Jesús con nosotros? Si es así, ¿Por qué temer entonces? Es normal sentir temor. Y es eso exactamente lo que nos debe llevar a pedirle a Jesús de Su ayuda. Pero no lo hagamos de forma grosera ni con soberbia. A Jesús le importa todo lo que ocurre en nuestra vida. Tanto le importamos que prefirió morir antes que nosotros pereciéramos. Entonces tome ánimo este día. Llame a Jesús en medio de su desesperación y El dará la orden para que los vientos y la mar se calmen. El lo puede hacer. Lo que falta ver es si usted se lo pedirá. Y recuerde también, que Jesús ya no duerme ni se cansa. El siempre está atento.

¿QUE CLASE DE CRISTIANO ES USTED?


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 24. Pablo ya había sido acusado de profanar el Templo y había sido arrestado para evitar un motín. Félix era el gobernador de aquella región para ese entonces y decidió escuchar el caso que había sido formulado contra Pablo. El sumo sacerdote Ananías llegó a Cesarea con un grupo de ancianos y un abogado llamado Tértulo para que los representara.


Es interesante notar que cuando se le dio oportunidad de hablar al abogado, se deshizo en palabras de admiración por el gobernador. Eventualmente presentó su acusación contra Pablo estableciendo que era “una plaga que por todas partes anda provocando disturbios entre los judíos. Es cabecilla de la secta de los nazarenos. Incluso trató de profanar el templo; por eso lo prendimos.”


Cuando Félix le otorgó la palabra a Pablo, este se defendió estableciendo que en ningún momento se le encontró discutiendo ni promoviendo motines. El había sido arrestado en el Templo después de haberse purificado. Su única intención al venir a Jerusalén era la de ofrecer ofrendas y donativos para su pueblo. Lo que nunca negó es que el adoraba al Dios de sus antepasados. Y dejo bien claro también que la única razón por la que había sido detenido era porque creía en la resurrección de los muertos. Hasta este punto le escuchó Félix y luego dispuso que escucharía el resto cuando hubiere llegado el tribuno Lisias que había arrestado a Pablo.


En varias ocasiones Félix mandó llamar a Pablo para escucharlo, pero su verdadera intención era que Pablo le ofreciera dinero para ser liberado. Tristemente para Félix esto no ocurrió y después de dos años en el poder, fue reemplazado por Porcio Festo sin que Pablo fuera dejado libre.


¡Qué triste es encontrar a este tipo de personas aún hoy en día! Es gente que no está satisfecha con su propia búsqueda de Dios. Son personas que se auto proclaman conocedoras del mensaje divino, pero la verdad que nunca han oído a Dios hablarles. Personas que se han llenado de supuesto conocimiento, pero que en verdad están vacíos y huecos. Estos son los que aún hoy dañan la iglesia y sus ministros. Atacan con ferocidad y sin tocarse el corazón y su única intención es impedir el mover de Dios porque no lo comprenden y no lo aceptan. Pero que Dios nos diera más hombres y mujeres como Pablo que estuvo dispuesto a sufrirlo todo por amor a Cristo. Nunca se avergonzó y aunque sabía que las cosas iban a empeorar para él, no se dio por vencido. ¿Es usted un cristiano como aquellos líderes religiosos? ¿O es usted un cristiano como Pablo?

Tuesday, February 24, 2009

DIEZMAR O NO DIEZMAR


La lectura de hoy se encuentra en Levítico 27:30. Dios claramente estableció el requisito del diezmo de todo y cuanto una persona cosechara como fruto de la tierra.


Hoy en día, existe tanta gente en contra del diezmo. Muchos argumentos han surgido estableciendo que ya el diezmo es algo inventado por los hombres y no requerido por Dios. Uno de los argumentos más fuertes lo hacen aquellos que dicen que el diezmo fue establecido por Dios como parte de la Ley de Moisés. Sin embargo, este argumento es falso y errado. La Biblia nos enseña en Génesis 14:20 que Abram pagó sus diezmos al sacerdote Melquisedec. Es interesante notar que la Ley aún no había sido establecida y ya Abram cumplió con esta responsabilidad divina. De la misma forma, cuando Jacob huía de su hermano Esaú hacia Harán, se acostó a dormir en un lugar donde tuvo un sueño extraño. Veía una escalera que llegaba al cielo y de ella subían y bajaban ángeles. Al final de aquella escalera estaba Dios mismo y le habló a Jacob prometiendo guardarlo y prosperarlo. Cuando Jacob despertó, consagró aquel lugar a Dios y dijo, “…y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.” Nuevamente, esto fue muchos años antes que la Ley se estableciera y ya estos hombres de Dios se habían comprometido a pagar sus diezmos.


Otro argumento que la gente hace es que el diezmo se lo gastan o se lo quedan los pastores. Es importante entender que para eso exactamente fue que Dios estableció los diezmos. La tribu de Leví fue elegida como nación sacerdotal para Israel. Cuando el pueblo tomó posesión de la Tierra Prometida, a Leví no se le dio heredad en medio de sus hermanos. Dios estableció que “…he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.” Aún hoy, los siervos de Dios dependen del diezmo para suplir su salario. Lógicamente que han habido serios abusos. Pero esto no debe ser usado como una generalización. Esta es la forma en que Dios ha provisto para el sostenimiento de aquellos que le sirven y que trabajan en Su obra. Además, piense usted por un momento. ¿Le gustaría que su salario dependiera de lo que otros aportan? De acuerdo a un estudio desarrollado por el Grupo Barna, menos del 10% de cristianos que regularmente asisten a una iglesia dan su diezmo. ¿Y usted cree que así puede un pastor hacerse rico?


Sin duda que los argumentos son muchos y las excusas también. Pero para Dios nada de esto tiene valor alguno. El ha dado la orden que demos nuestro diezmo de todo lo que adquirimos por medio de nuestro trabajo. Y también ha prometido bendecirnos en grande manera si le obedecemos. Dejemos a un lado nuestras quejas y pleitos con Dios y obedezcamos Su Palabra. Aunque los hombres fallen, El nunca lo hará.

Friday, February 20, 2009

¿QUE DEBO HACER SEÑOR?


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 22. Se nos cuenta la historia de Pablo una vez que fue arrestado en Jerusalén. Los judíos demandaban su muerte, pero Pablo encontró aquí la perfecta oportunidad para hablar acerca de cómo Jesús lo había salvado. Al principio no lo querían escuchar. Pero al oírlo hablar en arameo, toda la gente hizo silencio.


Pablo les dijo de su trasfondo familiar y educacional. Estableció su identidad como judío que había nacido en Tarso, pero había sido criado en Jerusalén. Había sido educado por Gamaliel, un prominente maestro de la Ley de aquel entonces. Sin comprender el plan de Dios, Pablo se había dado a la tarea de perseguir a los cristianos con gran furia y celo religioso. El pensaba que con esto estaba agradando a Dios. Aún había pedido cartas de extradición para traer a la fuerza a todo judío creyente que encontrara en Damasco.


Mientras iba a esa ciudad, tuvo un encuentro genuino con Jesús. Al mediodía, mientras caminaba, apareció una luz fuerte que lo rodeó. Y luego oyó una voz que deseaba saber por qué Pablo lo perseguía. No sabiendo quién le hablaba, Pablo preguntó, “¿Quién eres, Señor?” Y fue allí donde Jesús se le presentó. Es curioso notar que los acompañantes de Pablo pudieron contemplar el resplandor, pero no escucharon la voz del que hablaba. Finalmente Pablo se rindió con estas palabras, “¿Qué debo hacer, Señor? Jesús le dio instrucciones claras de entrar a la ciudad hasta que recibiera más información. Pablo tuvo que ser guiado por los que iban con el ya que debido al resplandor había quedado ciego. Eventualmente llegó a verlo un hombre llamado Ananías que oró por Pablo para que de nuevo recibiera la vista. Y finalmente le dio el llamado a ser predicador a los gentiles.


Cuando los judíos escucharon esta última parte del mensaje, se enfurecieron y comenzaron a amotinarse y a demandar que Pablo fuera ejecutado. Debido a esto, el comandante romano mandó remover a Pablo de aquel lugar y a azotarlo para sacarle la verdadera razón por la que todos estos judíos querían matarlo. Una vez que Pablo fue atado, pero antes de ser azotado, Pablo declaró que era ciudadano romano. El comandante romano inmediatamente mandó soltarle de sus ataduras ya que la ley romana prohibía azotar a sus ciudadanos. Sin duda que Dios cuida de los que le pertenecen. Pablo había nacido con el privilegio de la ciudadanía romana. También había sido educado en todo en cuanto a la Ley de Moisés y los Profetas. Esto le otorgaba pleno conocimiento de lo que Dios quería hacer con los gentiles.


De la misma forma, todo y cuanto nosotros tenemos y hemos logrado, es parte del plan de Dios. Aún las experiencias más tristes y difíciles de nuestra vida pueden servir de mucho en las manos de Aquel que nos diseñó. Y sabemos que en Sus manos, nuestro futuro está bien protegido y asegurado. Rindamos todo a El y luego preguntémosle, “¿Qué debo hacer, Señor?”

Thursday, February 19, 2009

GRACIAS A DIOS POR UN DIA DE DESCANSO

La lectura de hoy se encuentra en Levítico 23:3. Dios ordenó a la humanidad que habían de tener un día de descanso en toda la semana. Pero es interesante notar que Dios no estableció este como un simple día en el cual nadie hiciera nada. Fue establecido para que todos hicieran fiesta en honor a Dios.

Cuán triste es notar que hoy en día la humanidad ha pervertido esta orden divina. La mayoría de nosotros, no simplemente descansamos un día, sino dos. Lo triste es que no nos detenemos para celebrar la fidelidad y la bondad de Dios. Creemos que estamos autorizados en ese día para ir y hacer lo que nosotros queremos. Nos vamos a jugar un partido de futbol, nos vamos a ver una película al cine, nos vamos de paseo el fin de semana, etc. Y usualmente Dios es la última Persona en quien pensamos durante nuestro descanso.

Si acaso vamos a la iglesia, lo hacemos por puro compromiso. Antes de salir de casa nos enredamos en pleitos con nuestra pareja o con nuestros hijos. Al llegar al templo estamos enojados o profundamente cansados y a veces hasta nos quedamos dormidos. Lo que debería ser un día de celebración, lo convertimos en un día amargo.

Dios permita que nuestra perspectiva y nuestra actitud cambien. Dios quiera que estemos dispuestos a entrar por Sus puertas con acción de gracias y por Sus atrios con alabanza.

Wednesday, February 18, 2009

DEJEMOS DE DORMIR


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 20. La Biblia nos cuenta que Pablo viajaba de un lugar a otro animando a los creyentes. Siendo que los judíos tramaban un atentado contra vida, Pablo prefirió regresar por Macedonia en lugar de embarcarse hacia Siria. Siendo así, pasó por Troas en donde se quedó predicando hasta altas horas de la noche.


Pablo sabia que quizás no volvería a ver a estos hermanos y quiso adiestrarlos y prepararlos para cualquier situación. Invirtió largo tiempo enseñando hasta la medianoche. Tristemente, allí mismo había un joven llamado Eutíco que se quedó dormido durante el discurso de Pablo. Lo peor de todo es que se durmió justo en el borde de la ventana. Eventualmente se cayó desde el segundo piso y murió. ¡Qué terrible susto habrá producido este evento tan inesperado! Sin embargo, Pablo no perdió el tiempo. Tomó al joven en sus brazos y declaró que estaba vivo. El joven se levantó de allí y subió con todos los demás para comer. Finalmente, al amanecer, Pablo se fue y el joven regresó vivo a su casa.


¡Qué cosas tan increíbles hace Dios! Pudiéramos aprender de esto algunas lecciones importantes. En primer lugar, a las reuniones de los hermanos no se va a dormir. Y mucho menos junto al borde de la ventana en un segundo piso. En segundo lugar, los predicadores debemos ser más conscientes y entender que los jóvenes se cansan. Tercero, a pesar de nuestro cansancio, debiéramos hacer de la Palabra de Dios nuestro mayor anhelo. Escucharla para ser motivados y alentados para momentos en que nos sea necesario recordar sus consejos debiera ser nuestro objetivo primordial. Dejemos de dormir y procuremos con determinación aprender más de la Palabra de Dios.

Tuesday, February 17, 2009

SEAMOS COMO PABLO


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 19. Pablo se fue a Efeso para predicar el mensaje de Jesucristo, pero se extrañó que la gente de este lugar ni siquiera hubiera escuchado hablar del Espíritu Santo. Al preguntarles sobre el bautismo, la gente le informó que habían sido bautizados con el bautismo de Juan. Pablo entonces les enseñó que había venido uno mayor que Juan, Cristo Jesús, para redimirlos por completo. Cuando los efesios oyeron esto, fueron bautizados y cuando Pablo les impuso las manos para orar por ellos, recibieron el bautismo en el Espíritu Santo.


Después de esto y por tres meses, Pablo estuvo en la sinagoga enseñando y tratando de persuadir a los judíos a creer en Jesús. Pero siendo que ellos se negaron a creer y aún comenzaron a hablar mal de Cristo, Pablo decidió alejarse de ellos. Increíblemente, en dos años, todos los que vivían en la provincia de Asia, llegaron a escuchar acerca de Jesús y de la Palabra de Dios. Qué interesante es notar que Pablo no perdía su tiempo peleando con aquellos que no lo querían. No procuraba que lo aceptaran y lo aplaudieran. Pablo cumplía con su trabajo y ya. Fue tanta su dedicación que llenó todo lugar donde vivía con el mensaje de salvación.


Que hoy nosotros también dejemos a un lado las cosas que como a santos nos afectan y nos infectan. Las divisiones, los conflictos, los chismes, las palabrerías y los pleitos no son más que estrategias del diablo para distraernos y que no cumplamos con el propósito divino de predicar el mensaje de salvación. Dejemos a un lado estas cosas y seamos como Pablo. Prediquemos sin parar hasta llenar del mensaje de Cristo nuestros vecindarios y ciudades.

EL QUE NO TRABAJE, QUE NO COMA


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 18. Aquí encontramos a Pablo yendo a la ciudad de Corinto para seguir predicando el Evangelio del Señor Jesucristo. Fue aquí donde se encontró a una pareja de judíos, Aquila y Priscila, quienes habían llegado desde Italia ya que el Emperador Claudio había mandado expulsar a todos los judíos de Roma. Esta pareja fue entrenada por Pablo y se convirtieron en gran ayuda en la enseñanza y predicación de la Palabra de Dios. Ellos, como Pablo, hacían tiendas de campaña. Trabajaron juntos por algún tiempo ya que Pablo no quería ser carga para nadie ni para las iglesias. No fue sino hasta que Silas y Timoteo se unieron a Pablo que dejó su trabajo para dedicarse por completo a la predicación.


Qué interesante es ver que los verdaderos siervos de Dios no mendigan ni venden el Evangelio como cualquier mercadería. Pablo demostró con su ejemplo que estaba dispuesto a suplir para sus propias necesidades por medio de su trabajo. Qué distinto de los llamados “predicadores” de hoy en día que no buscan cómo exprimirle al pueblo hasta el último centavo. No dan el ejemplo de arduo trabajo sino que hasta venden las promesas de Dios por una ofrenda. Dios nos ayude a recapacitar hoy y a aprender lo que Pablo dijo, “El que no trabaje, que no coma.”

Monday, February 16, 2009

MEJOR SER COMO LOS DE BEREA


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 17. Aquí se nos cuenta la historia tan distinta de dos ciudades a las que Pablo llegó y la forma en que recibieron el mensaje del Evangelio.


Primeramente, Pablo, Silas y Timoteo llegaron a Tesalónica. Esta era una ciudad que fue fundada por los macedonios y se convirtió en una prominente ciudad costera. Eventualmente cayó en manos de los romanos y llegó a ser la capital de la provincia de Macedonia. Fue aquí donde Pablo, como era su costumbre, visitó la sinagoga y predicó el mensaje de salvación en Jesucristo. A pesar de que varios judíos y gentiles creyeron a su mensaje, no faltaron aquellos que por envidia pagaron a unos maleantes para que causaran problemas y persecución contra Pablo. Fue aquí donde la acusación contra los cristianos fue establecida como, “¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá…!” ¡Que acusación tan poderosa! Los mismos incrédulos entendían que el mensaje que Pablo y sus acompañantes estaban predicando era un mensaje que producía increíbles cambios. Que así sea para nosotros hoy la predicación del poderoso mensaje de salvación. Que las gentes, ciudades y naciones tiemblen ante los cambios que produce el pleno conocimiento de Jesucristo.


Debido a este grave problema, los hermanos de Tesalónica mandaron a Pablo y a Silas hasta Berea. Nuevamente, ellos fueron a la sinagoga a predicar. Pero notemos la actitud tan diferente de las personas en este lugar. No se escandalizaron ni se llenaron de envidia. Por lo contrario, comenzaron a estudiar las Escrituras para comprobar si lo que se les había dicho era verdad. Y siendo que la Biblia siempre hablará la verdad de Jesucristo, ellos quedaron convencidos. Tristemente, cuando los líderes judíos de Tesalónica se enteraron que Pablo estaba en Berea, enviaron hasta allá a un grupo de alborotadores y esto nuevamente forzó a los apóstoles a continuar su camino.


Dios quiera que nosotros no seamos como los judíos de Tesalónica. Dios no permita que nos parezcamos a esos alborotadores envidiosos. Pero quiera Dios que seamos como los hermanos de Berea. Que todo y cuanto escuchemos lo pongamos en balanza y lo analicemos a través de las Escrituras. Al ver el final de la historia, los alborotadores de Tesalonica no lograron nada. Pero los hermanos de Berea llegaron a conocer la verdad la cual los hizo verdaderamente libres.

MILAGROS Y MARAVILLAS EN EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO DE PABLO Y SILAS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 16. Pablo y Silas habían comenzado el segundo viaje misionero, yendo de lugar en lugar, anunciando el mensaje de salvación en Jesús. Pasaron por Derbe y luego por Listra en donde Pablo encontró a un joven llamado Timoteo al cual comenzó a discipular. Sin duda que Pablo pudo recordar que había sido muy duro con Juan Marcos que también era joven y por su inexperiencia e inmadurez había decidido separarse de él durante su primer viaje misionero. Ahora, Pablo encontró a este muchacho al cual llevó consigo. Dios siempre nos hace tomar las lecciones que para El son importantes, esperando que las pasemos con excelente calificación. Pero si no aprendemos la primera vez, nos hará repetir la misma lección.


Después de esto pasaron por Frigia y Galacia teniendo la intención de entrar a Asia a predicar las Buenas Nuevas. Sin embargo, el Espíritu Santo no les permitió llevar a cabo este plan y, habiendo llegado a Troas, Pablo tuvo una visión en la noche en la cual se le apareció un hombre de Macedonia que le dijo, “Pasa a Macedonia y ayúdanos.” Entendiendo que este era un mensaje de parte de Dios, Pablo se fue hasta aquella ciudad. Esto nos debe enseñar que no se trata de cumplir nuestros planes, sino los de Dios. El siempre sabe mejor lo que es más conveniente llevar a cabo. Es bueno hacer planes y pensar en el futuro, pero siempre sabiendo que estos planes están sujetos a cambios y que eso nunca nos debe frustrar o enojar. Dios sabe mejor por qué hace las cosas.


Habiendo después llegado a Filipos, estuvieron allí varios días. Es interesante notar que en este lugar no había una sinagoga, pero aún así, la gente acostumbraba reunirse junto al río. Fue allí donde Pablo y Silas encontraron a algunas mujeres a las que les hablaron acerca del mensaje de salvación. Estas mujeres aceptaron al punto tal que una de ellas, llamada Lidia, les insistió que se quedaran hospedados en su casa. Siendo que ella era vendedora de telas de púrpura, es fácil entender que era una mujer influyente y rica. Se dice que respaldó financieramente el ministerio de Pablo. Pero Pablo nunca le predicó la Palabra interesado en su propio bienestar. El simplemente hacía lo que Dios le había mandado.


En aquel mismo lugar, un día Pablo y Silas comenzaron a ser seguidos por una joven que tenía un espíritu de adivinación. Constantemente seguía a los apóstoles gritando, “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.” Yo me pregunto, ¿Por qué se enojo Pablo? La muchacha no estaba diciendo nada malo ni tampoco decía mentira alguna. La cuestión es que los siervos de Dios no necesitan al diablo para hacerles publicidad. Y si usted se da cuenta, la muchacha los anunciaba a ellos como el centro de atención. Nunca es así en la obra de Dios. El único nombre que debe sobresalir y el único en quien la gente debiera enfocar es en Dios y nadie más. Pablo finalmente se cansó de todo esto y reprendió a aquel espíritu malo que inmediatamente salió de la muchacha. Cuando los dueños de esta esclava vieron lo que había pasado, entendieron que ya no había para ellos más ganancias por hacer. Entonces se enojaron y llevaron a Pablo y a Silas delante de las autoridades. Lo curioso de esto es que los dueños no hicieron nada cuando la joven iba tras los apóstoles anunciándolos.


Sin hacer las averiguaciones indicadas, Pablo y Silas fueron desvestidos frente a la multitud y fueron azotados. Finalmente, fueron echados en la cárcel. Al carcelero se le dieron claras instrucciones de ver que estos presos no escaparan. Lo que atrae mucho mi atención es que Pablo y Silas no fueron a la cárcel quejándose ni reclamándole a Dios. ¡Se pusieron a cantar alabanzas! Con tanto dolor que debían sentir y todavía así, prefirieron cantar. La Biblia relata que a la medianoche hubo un gran terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel. Es muy interesante notar que las puertas de aquel lugar se abrieron y las cadenas de todos los prisioneros se soltaron. Sin duda que la actitud de adoración de los apóstoles hizo descender la misma presencia de Dios. Y se cumplió la Escritura cuando dice, “Donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad.”


El carcelero se sintió aterrado, pues era costumbre que el pagara con su vida por cualquier prisionero que escapara. Al observar que las puertas de la cárcel estaban abiertas, tomó su espada para matarse. Pero Pablo le gritó pidiéndole que no se hiciera daño alguno ya que todos los prisioneros estaban allí reunidos. Fue entonces que el carcelero fue impactado por el poder de Dios y pidió instrucciones para ser salvo. Esa misma noche fue bautizado con toda su familia y cenó juntamente con Pablo y Silas. Cuando ya hubo amanecido, las autoridades de la ciudad mandaron a sacar a los apóstoles de la cárcel. Ellos se rehusaron a salir reclamando sus derechos como ciudadanos romanos. Cuando las autoridades oyeron esto, se espantaron ya que estaba prohibido azotar a un ciudadano de Roma. Los azotes y la humillación pública estaban reservados únicamente para los esclavos y los criminales. Sin embargo, Pablo y Silas no habían cometido ningún delito. Fue por esto que las autoridades de la ciudad insistieron con mayor esfuerzo a que ellos salieran de la cárcel y abandonaran la ciudad. Pablo y Silas lo hicieron, pero no sin antes pasar a casa de Lidia y consolar a los hermanos.

Tuesday, February 10, 2009

NO MI VOLUNTAD, SINO LA DE DIOS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 15. Cuando Pablo y Bernabé regresaron de su primer viaje misionero, no faltó un grupo de judíos de Antioquia que vinieron a Jerusalén para demandar que todo griego que aceptara a Jesús como Salvador debía también ser circuncidado y debía también obedecer la Ley de Moisés. Debido a esta situación, los apóstoles se reunieron en un concilio para estudiar y decidir qué se debía hacer.


Pedro fue el primero en levantarse para defender a los griegos. Explicó cómo él mismo había experimentado el derramamiento del Espíritu Santo sobre ellos. Declaró que era injusto poner sobre ellos un yugo que ni los judíos mismos habían podido llevar. Sus palabras más impactantes fueron, “Más bien, como ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús.” ¡Qué bueno es Dios que no necesitamos llenar ni un requisito más! Unicamente debemos creer. Bernabé y Pablo también tomaron la palabra para contar las cosas maravillosas que Dios había hecho por medio de ellos entre los griegos.


Finalmente, Jacobo, quien presidía el concilio habló para establecer que no se iba a demandar de los griegos ni la circuncisión ni el cumplimiento de la Ley de Moisés. Simplemente se le enseñaría a los griegos a abstenerse de lo consagrado a los ídolos, a evitar toda inmoralidad sexual y a no consumir la carne de animales cuya sangre no se hubiera vertido. Y aparentemente toda la asamblea estuvo de acuerdo en esto al punto que se escribieron cartas explicando la decisión para leerla a través de todas las iglesias.


Lo interesante es que cuando llegó el momento de distribuir las cartas, Bernabé y Pablo tuvieron una fuerte discusión. Todo se debió a que Bernabé quiso llevar con ellos nuevamente a Juan Marcos. Pero Pablo no estuvo de acuerdo ya que este joven los había abandonado durante el primer viaje misionero. A pesar de la discusión, cada uno tomó su camino, no tratando de perjudicar al otro, y fueron a cumplir la misión que les había sido encomendada. Bernabé se fue con Juan Marcos y Pablo se llevó a Silas. ¡Que hoy pudiéramos aprender a hacer como hicieron ellos! No hay nada de malo con tener diferencias de opinión. Pero cuando tratamos de perjudicar la obra de Dios simplemente porque no se hacen las cosas como nosotros queremos, entonces hay pecado. Que Dios nos ayude hoy a entender que no se trata de hacer nuestra voluntad, sino la de El.

Monday, February 9, 2009

¿DE DONDE VIENE NUESTRA RECOMPENSA?


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 14. La Biblia continúa el relato del primer viaje misionero de Bernabé y Pablo. Después de partir de Antioquia de Pisidia, pasaron a Iconio y allí también compartieron el Evangelio, primeramente con los judíos, y luego con los gentiles o griegos. Invirtieron allí buen tiempo llevando a cabo la obra del Señor. Sin embargo, siendo que la ciudad se había dividido entre aquellos que los apoyaban y aquellos que deseaban matarlos, finalmente decidieron partir con rumbo a Listra.


Fue en Listra donde Pablo se percató de un hombre cojo que escuchaba el mensaje del Evangelio. Tanta era su fe que Pablo lo pudo notar y le ordenó que se pusiera en pie. Sin titubeos ni dudas, el hombre se paró de un salto y empezó a caminar. ¡Toda la gente del lugar se maravilló de este milagro! Quisieron entonces adorar a Bernabé y a Pablo. Trajeron toros para sacrificar delante de ellos y otras ofrendas para darles. Los apóstoles se negaron a recibir tal adoración y nuevamente Pablo les habló la Palabra de Dios, pero ellos ya no quisieron escuchar. Al negarse a ser adorados, tomaron ventaja algunos judíos que habían llegado de Antioquia y de Iconio e incitaron a la multitud a apedrear a Pablo. Pensando que estaba muerto, lo sacaron de la ciudad y lo abandonaron. Sin embargo, no faltaron verdaderos creyentes que vinieron al auxilio de Pablo.


¡Qué hechos tan increíbles! Primero, al ver un milagro tan maravilloso, la gente quiso adorar a los apóstoles. Pero cuando ellos se negaron, aquella misma multitud pudo ser manipulada por otros para hacerles daño. Tristemente en la obra del Señor aquellos a quienes Dios usa con poder, tienden a tomarse todo el crédito y se olvidan de reconocer que tales señales no se dan por ellos. Deshonran a Dios cuando se paran el cuello en actitud de orgullo y soberbia. Se olvidan que Dios no comparte Su gloria con ningún hombre.


Que la lección de hoy nos enseñe a mantener una actitud de humildad en todo lo que hacemos. Que aprendamos hoy a dar a Dios la honra que merece por Sus maravillas. Y que aprendamos también a comprender que no nos debemos dejar llevar por las emociones de un pueblo. Al final de cuentas, quienes aplaudieron a los discípulos por unos instantes, fueron los mismos que momentos después trataron de matarlos. Nuestra recompensa nunca debiera provenir de los hombres. Esperemos mejor a que Dios reconozca nuestra labor con un fuerte aplauso del cielo.

Saturday, February 7, 2009

SIGAMOS ADELANTE


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 13. Aquí aprendemos acerca del primer viaje misionero de Pablo con Bernabé. Es interesante notar que fue Dios quien eligió a estos dos de entre varios otros hombres aptos para la misión de predicar el Evangelio. La iglesia ayunó y oró por ellos y finalmente les impusieron las manos y los enviaron a cumplir el propósito divino.


Desde el primer momento que salieron de viaje, Pablo y Bernabé enfrentaron oposición. Fue en la Isla de Pafos donde encontraron a “un falso profeta judío llamado Barjesús.” Sin duda que este individuo había disfrutado de influencia ya que podía llevar a cabo señales que parecían ser de Dios. Aún así, el gobernador Sergio Paulo quiso escuchar el Evangelio y este hechicero se quiso interponer. Habiéndose opuesto tanto, Pablo finalmente le dijo que Dios estaba contra él y que quedaría ciego por algún tiempo. Al instante sucedió lo dicho y este hombre trataba de buscar quién lo guiara. Este milagro causó que el gobernador creyera y se maravillara de la enseñanza del Señor.


Otra dificultad que Pablo y Bernabé confrontaron fue que al llegar a Perge de Panfilia, Juan Marcos, hijo de María, y joven acompañante de ambos en este viaje misionero, decidió regresarse a casa. Nadie sabe con exactitud la razón de esta decisión tan repentina. Sin embargo, hay algunos teólogos que creen que esto ocurrió debido a que sintió nostalgia por su hogar y prefirió regresar. Eventualmente, esta decisión traería graves consecuencias y una separación entre Pablo y Bernabé.


Eventualmente, llegaron hasta Antioquia de Pisidia y en el Día de Reposo entraron a la sinagoga para adorar a Dios. Como era costumbre, los jefes de la sinagoga les permitieron unas palabras ya que ellos eran hombres judíos y visitantes. Fue entonces que Pablo les predicó el Evangelio de Jesús. Les habló de cómo había muerto y también resucitado de entre los muertos para dar salvación y vida eterna. Al principio, los jefes judíos quisieron oír más acerca de todo esto y los volvieron a invitar al siguiente Dia de Reposo. Sin embargo, a la siguiente reunión, viendo los jefes de la sinagoga que muchos habían venido para escuchar el mensaje del Evangelio, se enojaron y comenzaron a contradecir todo y cuanto Pablo y Bernabé hablaban. Fue tanto el enojo de estos líderes que movieron sus influencias con mujeres muy distinguidas y con hombres prominentes de la ciudad y lograron que Pablo y Bernabé fueran expulsados de la ciudad. Fue entonces que Pablo les dijo, “Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles.” Y desde ese momento, Pablo se dedicó a predicar el Evangelio a los no judíos y estos recibieron el mensaje de salvación con gran gozo.


¡Qué triste es que cada vez que deseamos llevar a cabo la voluntad de Dios, surjan oposiciones terribles! Mientras estemos llevando a cabo nuestros propios planes y deseos, las cosas parecerán marchar bien. Pero al obedecer a Dios, todo lo que pudiera salir mal, saldrá mal. Aún así, Dios cumple Su propósito y nos da ánimo para continuar en la misión que nos ha delegado. ¡Sigamos adelante que Dios hará con nosotros grandes cosas si perseveramos!

Friday, February 6, 2009

DIOS NOS HACE LIBRES


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 12. La Biblia nos habla acerca de Herodes quien quiso congraciarse con los judíos y para hacerlo, comenzó a ejecutar a los apóstoles. Es curioso notar que los judíos despreciaban a Herodes, pero siendo que estaba dispuesto a darles gusto matando a sus enemigos, lo aplaudían de forma hipócrita.


Un día Herodes capturó a Jacobo, hermano de Juan, y lo mató. Un tiempo después, arrestó a Pedro y lo puso bajo la custodia de 16 soldados. Estos no eran hombres débiles y temerosos. Eran soldados romanos acostumbrados a pelear y adiestrados para enfrentar cualquier ataque. Tristemente, nunca se habían encontrado con alguien como Pedro. Ellos pensaron que cuidar a este sencillo pescador sería un trabajo común y aburrido. Nunca contaron con la intervención divina para liberar a Pedro.


Los soldados establecieron varios puntos de vigilancia dentro de la cárcel para evitar que su prisionero escapara. Además, dos de ellos se aseguraron a Pedro con cadenas y durmieron junto a él para prevenir cualquier intento de escape. Pero Dios se apareció en escena y tocó a Pedro en el costado para despertarlo. Luego removió sus cadenas. Pedro creyó estar soñando y simplemente obedeció a todo lo que el ángel le indicaba. Se puso la capa y las sandalias y atravesó los puntos de vigilancia que los soldados habían establecido. Finalmente llegaron al portón que daba hacia la ciudad y al estar en la calle, el ángel desapareció. Fue entonces que Pedro reaccionó y se dio cuenta que no estaba soñando.


Al verse libre, lo primero que Pedro pensó fue en ir a casa de María, la mamá de Juan Marcos, en donde se estaba llevando a cabo una poderosa reunión de oración pidiendo por la liberación de Pedro. Y qué curioso que al tenerlo allí, parado frente a la puerta, ninguno de ellos le fue a abrir. No fue sino hasta que la sierva Rode insistió tanto que los demás fueron a la puerta y se quedaron maravillados de ver a Pedro libre.


Cuántos de nosotros somos así. Le pedimos a Dios de Su ayuda y Su bendición. Oramos por algún milagro en nuestra vida. Y cuando Dios finalmente responde, no tenemos la intrepidez de tomar lo que nos ha dado. O no respondemos a Su llamado para abrir la puerta y dejarle entrar con la bendición que tiene para nosotros. Permitamos que Dios nos haga libres para asi recibir la promesa que tanto anhelamos.

Thursday, February 5, 2009

LA SALVACION ES PARA TODOS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 11. Se nos relata el final de la historia que vimos ayer. Pedro había ido a casa de un centurión llamado Cornelio y había predicado la Palabra de Dios. Mientras él todavía estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre toda la congregación y bautizó a todos los presentes. Tanto Pedro como sus acompañantes se quedaron asombrados por tal evento.


En el episodio de hoy, encontramos a Pedro siendo acusado por los supuestos “defensores de la circuncisión” de haber entrado a la casa de Cornelio y de haber comido con él. Pedro les relató cómo sucedieron las cosas y presentó a sus seis testigos que lo habían acompañado y que verificaron lo que Pedro había dicho. Cuando estos acusadores escucharon cómo Dios había derramado de Su Espíritu sobre estas personas, se maravillaron y finalmente se calmaron.


¡Qué triste que aun hoy en día existen personas así! No evalúan ni aprecian lo que Dios está haciendo sino que todo lo critican. No se alegran de que Dios obre milagros, sino que se enojan porque ellos no reciben nada. Sus vidas están llenas de resentimientos y amargura. Es tiempo hoy de cambiar nuestro enfoque y agradecer a Dios que ha tenido a bien alcanzar a un mundo de pecadores…de entre los cuales, nosotros somos los peores.

Wednesday, February 4, 2009

PARA DIOS NO HAY FAVORITISMOS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 10. Allí se nos cuenta la historia del encuentro que tuvieron Cornelio y Pedro. Cornelio era un centurión (en otras palabras, tenía a su cargo a 100 soldados) que pertenecía al regimiento de La Italiana. Vivía en Cesarea y era un hombre temeroso de Dios lo cual le hacía llevar a cabo “muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel…”


No hay duda que este hombre deseaba conocer más a Dios pues la misma Biblia dice que “oraba a Dios constantemente.” Finalmente, un día Dios le respondió a través de una visión en la cual vio a un ángel que le daba instrucciones claras para ir en busca de Pedro que en aquel tiempo se estaba alojando en casa de un curtidor de pieles en Jope, a unas 50 millas desde el área de Cesarea.


Entretanto, Dios estaba tratando y preparando a Pedro. Mientras esperaba algo de comer, se le presentó una visión en la cual miraba un manto que descendía del cielo lleno de todo tipo de animales que la Ley de Moisés consideraba inmundo. Pedro recibió la orden de matar y comer esos animales. Pero el se rehusó explicando, “Jamás he comido nada impuro o inmundo.” Esto le sucedió tres veces hasta que Dios le dijo, “Lo que Dios ha purificado, tu no lo llames impuro.” ¡Qué maravilloso es saber que Dios tenía reservado para toda la humanidad el don de la salvación! Y nadie puede oponerse a Su plan. Fue en ese mismo instante que Pedro oyó que lo buscaban. Cuando descendió para averiguar qué pasaba, los mensajeros de Cornelio le relataron los sucesos que los había traído en su búsqueda.


Es importante notar que la tradición judía ordenaba que los judíos no debían relacionarse con personas que no eran judías. Mucho menos debían alojarlas o comer con ellas. Pero Pedro decidió mejor obedecer lo que Dios ordenaba. Acompañó a aquellos que lo buscaban hasta casa de Cornelio y allí predicó un poderoso mensaje que culminó con el derramamiento del Espíritu Santo sobre todos en la casa. Pedro no pudo más que decir, “Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos…”


Es así como aprendemos que Dios nos ha tenido misericordia y nos ha salvado. De la misma forma, El tiene misericordia de toda la gente. No hay persona en este mundo que no sea digna del favor y la gracia de Dios. Entonces, vayamos y prediquemos las Buenas Nuevas a todos ya que para Dios NO hay favoritismos.

Monday, February 2, 2009

SI TU NO VAS...NOSOTROS TAMPOCO


La lectura de hoy se encuentra en Exodo 33. Es una porción que tiene un principio triste pues Dios habló con Moisés y le dijo que no guiaría a los israelitas debido a que habían sido un pueblo muy terco. Es interesante notar que el pueblo escuchó estas palabras y se pusieron a llorar de dolor.


Sin embargo, Moisés estableció una tienda de campaña en las afueras del campamento. Toda persona que deseaba consultar a Dios tenía que salir de entre el pueblo y dirigirse a esta tienda. ¡Qué lección nos enseña el Señor hoy! Si deseamos oír de El, debemos salir de nuestras áreas de comodidad e ir en pos de Su presencia. Es más difícil escuchar a Dios hablarnos cuando estamos rodeados de todo a lo que nos hemos acostumbrado. La Biblia nos enseña que Moisés constantemente salía hacia aquella tienda de campaña y se metía en ella para hablar con Dios. Lo más interesante es lo que la Biblia dice acerca de estas reuniones, “Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo.” Es maravilloso que aún hoy en día Dios está buscando amigos con quienes pueda hablar cara a cara.


Fue durante una de estas reuniones que Moisés habló con Dios y le dijo, “O vas con todos nosotros… o mejor no nos hagas salir de aquí.” ¡Que estas sean palabras por las cuales nosotros mismos vivamos! Que nunca nos atrevamos a tomar un solo paso sin contar con la presencia y dirección de Dios. Y si Dios no va con nosotros, entonces ¿para qué intentar algo?