Saturday, January 17, 2009

CUIDADO CON LA ENVIDIA


La lectura de hoy se encuentra en Génesis 37. Y alli es donde aprendemos cuán terrible es la envidia. Pero, ¿qué es? De acuerdo al diccionario, es “consciencia dolorosa o resentida por una ventaja que otra persona ha disfrutado unida al deseo de poseer aquella misma ventaja.” En simples palabras, no tener lo que otros poseen.


El joven José disfrutaba de una ventaja que sus demás hermanos no tenían. La Biblia dice que su padre, “amaba a José más que a sus otros hijos, porque lo había tenido en su vejez.” Y José sabía que era el preferido. Esto se hace evidente cuando “solía informar a su padre de la mala fama que tenían estos hermanos suyos.” También, su padre le había mandado confeccionar una túnica de muchos colores la cual lo hacía sobresalir por encima de todos sus demás hermanos. Finalmente, para complicar las cosas aún más, José tenía sueños extraños en los que, a través de la representación de objetos comunes, veía a sus hermanos postrándose delante de él.


Todo esto llevó a los hermanos de José a odiarlo. Tanto fue el odio, que a la primera oportunidad, se deshicieron de él. Es interesante notar que pensaron en matarlo, pero como Dios estaba con José, su hermano Rubén se opuso a una acción tan drástica. Tristemente, lo echaron en una cisterna seca y mientras comían vieron acercarse una caravana de ismaelitas que iban rumbo a Egipto. Fue entonces que Judá tuvo la gran idea de vender a José como esclavo. Esta era una acción tan terrible como matarlo. Un esclavo ya nunca más tendría la posibilidad de ser libre. Un esclavo perdía todos sus privilegios y derechos. Lo peor de todo es que Egipto estaba demasiado lejos como para que un día lo volvieran a ver. Es como si en realidad lo hubieran matado. Aún así, Dios estaba con José.


La lección que hoy podemos aprender de nuestra lectura es que la envidia no trae nada bueno. Nos llevará a cometer acciones y a adoptar actitudes que pudieran destruir a otros. A la misma vez, si Dios nos ha favorecido, no debiéramos abusar de esa ventaja. Dios tuvo que alejar a José de todo y cuanto le era familiar para así cumplir el propósito perfecto en su vida. Cerca de sus padres y hermanos, José no lo hubiera logrado. Así mismo, permitamos que Dios cumpla Su perfecta voluntad en nosotros. El sabe muy bien lo que hace aunque hoy no lo podamos comprender. Y es por eso que no debemos envidiar las ventajas que hoy disfrutan los demás.

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