Thursday, January 8, 2009

DIOS DE LA IMPOSIBILIDAD Y DE LA PRUEBA


En Génesis 21:1-7 aprendemos que Dios cumplió lo que había prometido. Dios les dijo a Abraham y a Sara que El les daría un hijo. Aunque ambos dudaron y Sara hasta se rió por lo imposible que parecía esta situación, Dios cumplió lo que había hablado. Es interesante notar que “esto sucedió en el tiempo anunciado por Dios.” Dios nunca se atrasa. El hace y siempre hará las cosas en Su tiempo…nunca en el nuestro.


Pero más interesante aun son los hechos que ocurrieron en Génesis 22. Después de algún tiempo, Dios le habló a Abraham y le ordenó que fuera a la región de Moria y que allí le mostraría un monte en donde debía sacrificar a Isaac, su hijo. ¿Se imagina usted la angustia tan grande de Abraham? ¿Qué hubiera hecho usted? Sin duda que yo me hubiera quejado. Quizás hubiera llorado y pedido clemencia por la vida del muchacho. Sin duda que yo mismo hubiera ofrecido mi propia vida por la de mi hijo. Pero Abraham no hizo ninguna de estas cosas. El simplemente oyó a Dios, confió en Dios y le obedeció. ¡Esto es lo que sucede cuando una persona aprende a servir al Dios de la imposibilidad! Uno llega a creer que si El pudo hacer el milagro la primera vez, ¡cuánto más las siguientes veces!


Abraham obedeció a Dios. Llevó todo y cuanto Dios le había mandado para hacer un sacrificio y llevó también a Isaac. Note que no le dijo nada a nadie, simplemente obedeció la orden que había recibido. Lo interesante de este caso es notar que Abraham le había enseñado a su hijo a hacer sacrificios delante de Dios. El muchacho notó que había fuego, leña, y el cuchillo. ¿Pero y qué del cordero? La respuesta de Abraham fue impresionante, “El cordero, hijo mio, lo proveerá Dios.” Y el muchacho quedo conforme con la respuesta. Cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a Isaac, Dios lo detuvo y tal como ellos esperaban, les proveyó un cordero. ¿Se da cuenta de la enseñanza tan importante de esta historia? Dios no esta interesado en sacrificios humanos. Nuestra sangre no puede rescatar ni limpiar nada. Unicamente la sangre del Cordero de Dios, Jesucristo, puede pagar el precio de nuestro pecado. No hay sacrificio alguno que nos pueda alcanzar a dar un gramo más del amor de Dios.


Este año 2009, confiemos en el Dios de la imposibilidad porque El todo lo puede. Pero estemos conscientes que también probará nuestra fidelidad y amor. ¿Le amamos por lo que nos da? ¿Le amamos solamente cuando todo va bien? ¿Estamos dispuestos a dejar a un lado los dones, las bendiciones y los privilegios? El comprobará nuestras respuestas.

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