Friday, March 27, 2009

TODOS LOS DONES SON IMPORTANTES PARA UN SOLO CUERPO


La lectura de hoy se encuentra en 1 Corintios 12. En este capítulo, Pablo tuvo que corregir ideas equivocadas acerca de los dones espirituales. Había en esta congregación aquellos que pensaban que eran mejores simplemente porque tenían un don. Y como el Espíritu Santo da a cada uno según Su voluntad, comenzaron a competir entre sí sobre quién era más importante debido al don que había recibido.


¿Se imagina una iglesia en donde todos competían por ver quién era mejor o más importante? Pablo le hizo ver a la iglesia que Dios había dado los dones a cada individuo, pero que cada uno formaba parte de un cuerpo. Así como no todo el cuerpo es ojo, de la misma forma no toda la iglesia profetizará. Así como no todo el cuerpo es oído, tampoco todos en la iglesia interpretarán lenguas. A cada uno le ha sido dado un don diferente con el propósito de ser usado para beneficio de la obra de Dios.


Así que la próxima vez que alguno presuma del don que ha recibido, no haga gran caso ni se enoje. Recuerde que Dios a usted también le ha dado algo con qué bendecir a Su pueblo.

Thursday, March 26, 2009

OBEDECER A DIOS TIENE SUS BENEFICIOS


La lectura de hoy se encuentra en Josué 21:43-45. En unos breves versos, la Biblia nos recuerda que Dios es fiel a Sus promesas.

El pueblo de Israel había sido liberado de Egipto por mano de Moisés. Tristemente, en el desierto el pueblo se rebeló y murmuró contra Moisés y contra Dios. En su ira, Dios aseguró que ninguno de ellos entraría a la Tierra Prometida para poseerla. Unicamente Josué y Caleb disfrutarían de esa bendición.


Sin duda que el pueblo se habrá entristecido por no poder ver cumplida la promesa divina. Sin embargo, prepararon a sus hijos para no perder la oportunidad que les estaba siendo concedida a esa nueva generación. Una vez que Moisés entregó el liderazgo a Josué, notamos un drástico cambio de actitud en el pueblo. Todo y cuanto Josué ordenaba era obedecido al pie de la letra. Y Josué también cuidaba de cumplir con todo lo que Dios demandaba.En esta parte de la Biblia vemos que Dios le dio descanso al pueblo, cumpliendo así Su promesa. Ninguno de los enemigos del pueblo pudo hacerles frente ya que Dios los sometió bajo su autoridad.


El final de esta porción de la Escritura es maravilloso. Dice, “Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra.” ¡Que así mismo sea para nosotros como individuos y como iglesia! Que podamos decir que Dios nos ha cumplido todas y cada una de Sus promesas y que nos ha dado aún más de lo que hubiéramos esperado.

EL OBRERO ES DIGNO DE SU SALARIO


La lectura de hoy continúa en 1 Corintios 9. El apóstol Pablo continuó enseñando a los hermanos de Corinto acerca de sus responsabilidades como miembros de la iglesia.

Pablo declaró su llamado y su posición como apóstol del Señor Jesucristo. En aquel entonces, se había estableció que únicamente aquellos que habían visto físicamente a Jesus podían tomar ese título de “enviados”. Es por eso que Pablo claramente asegura que había visto a Jesus. Sin embargo, había quienes dudaban de su llamado y ministerio y habían decidido que él no tenía derecho a ninguna ofrenda de amor ni mucho menos a un salario por su servicio como cuidador de la iglesia.


Es entonces que Pablo usa ilustraciones de la vida cotidiana para hacer entender a la iglesia que él, como fundador de la iglesia y como su pastor, sí tenía derecho a recibir pago de ella. Pablo pregunto, “¿Qué soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña?” Sin duda que este argumento era justo y necesario.


Hoy en día muchos critican duramente a los pastores debido a situaciones financieras que otros han abusado y usado de mala forma. Sin embargo, debemos recordar que Dios estableció que el obrero es digno de su salario y tiene el derecho a ser remunerado por la misma iglesia a la que sirve. Eso sí, sin abusos, sin tomar ventaja y sin tratar de obtener ganancias deshonestas.

Monday, March 23, 2009

¿COMER O NO COMER CARNE?


La lectura de hoy se encuentra en 1 Corintios 8. En este capítulo, el apóstol Pablo le habló fuertemente a los hermanos de la iglesia acerca de la libertad que habían obtenido en Cristo.


Había entre la congregación dos extremos completamente opuestos. Por un lado estaban los que creían que en Cristo habían obtenido libertad y ahora podían hacer todo y cuanto querían. Por otro lado estaban aquellos que creían que no se debían contaminar con nada y que la más insignificante falta era razón justa para condenación eterna.


Pablo le enseñó a la congregación que aunque habían sido hechos libres del pecado por medio del sacrificio de Cristo, no debían comportarse como si ya nada importara. Si ellos hacían algo, como comer carne sacrificada a los ídolos, y esto afectaba a algún hermano nuevo en la fe, ellos serían responsables de ese acto. Por el otro lado, Pablo estableció que “un ídolo no es absolutamente nada.” En otras palabras, no debían enfocar toda su atención en los ídolos haciéndolos más grandes que Dios mismo. Ante Dios, aquellos ídolos no eran nada. Por tanto, si Dios había extendido Su perdón, ¿por qué preocuparse por dioses que eran insignificantes?


Sin duda que lo primordial que Dios nos quiso enseñar es que todo extremo es malo. El nos ha hecho libres del pecado para vivir una vida balanceada y cuidadosa. No hemos de hacer cosas que afecten la fe y el bienestar de otros. No hemos de vivir como si aun fuéramos del mundo. No hemos de tomarnos la libertad de participar de todo sabiendo que hay cosas que no nos benefician. Pero tampoco debiéramos vivir poniendo sobre nosotros cargas pesadas e imposibles de llevar. Lo peor de todo es cuando obligamos a otros a llevar estas cargas sabiendo que nosotros mismos no hemos podido.


Dejemos a un lado el libertinaje y también el legalismo. No dañemos el crecimiento espiritual de nadie ni tampoco impongamos cargas que hagan imposible seguir a Cristo. Vivamos sabiendo que a Dios ofendemos o agradamos. Nada más.

Wednesday, March 18, 2009

VIVAMOS EN ARMONIA


La lectura de hoy se encuentra en 1 Corintios 1. El apóstol Pablo escribió esta carta para aconsejar a los hermanos de la iglesia en Corinto.


Pablo abrió su carta identificándose como el escritor de la misma y enviando saludos a los hermanos. Pero es triste notar que después de eso, Pablo comenzó a exhortar a la iglesia. Aparentemente todo marchaba bien. Sin embargo Pablo se había enterado de serios problemas de división. Había quienes decían ser seguidores de Apólos, otros de Pablo y otros de Cristo. Pero Pablo exhortó a la iglesia y les hizo ver que en ella no debía haber divisiones. No fue Pablo quien murió por la iglesia. Por tanto no debía ser a él a quien ellos siguieran. Tampoco habían sido bautizados en el nombre de Pablo. Es más, muy pocos de ellos habían sido bautizados por Pablo mismo, pero ninguno en el nombre de Pablo. El apóstol los exhortó a “que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.”


¡Cuánta falta nos hace a nosotros escuchar estas mismas palabras! La iglesia no debiera ser una organización política en donde buscamos a ver si los líderes nos caen bien o no. La iglesia no debiera ser una democracia en donde se nos pida nuestra aprobación para ver si queremos hacer o no las cosas. En la iglesia es Dios quien gobierna a través de Sus pastores. Mientras no comprendamos este importante detalle, viviremos divididos y seriamente frustrados. Es tiempo de buscar la unidad de pensamiento y de propósito. Pero no lo alcanzaremos hasta que no hayamos entendido que seguimos a Cristo. Tampoco lo alcanzaremos mientras continuemos considerando a la iglesia como una organización política en donde procuremos siempre que nuestro partido gane. Es tiempo de vivir y trabajar en armonía. Hagámoslo.

Tuesday, March 17, 2009

UN ENCUENTRO TRANSFORMADOR


Hoy abrimos nuestra lectura bíblica con el libro de Gálatas. Aprendemos mucho acerca de la historia del apóstol Pablo.


En la introducción de esta carta, Pablo le habló a la congregación de esta iglesia estableciendo la autoridad de su apostolado. Algunos creían que los únicos apóstoles habían sido aquellos doce a quienes Jesus eligió desde el principio de Su ministerio. Algunos creían que apóstoles eran aquellos que habían estado con Jesus y habían sido testigos de Sus hechos durante los tres años de Su ministerio en la tierra. Sin embargo, Pablo surgió como un determinado defensor de su propio apostolado estableciendo que Dios lo había elegido y no los hombres.


Pablo ofreció pruebas contundentes de cómo Dios lo había llamado y establecido como mensajero del Evangelio de Jesus. Aunque había comenzado como perseguidor de la iglesia, después del encuentro que tuvo con el Señor Jesucristo, su vida cambió por completo y se dedicó a Su completo servicio.


Dios permita que hoy nosotros tengamos un verdadero encuentro con Aquel que puede transformarnos por completo. Y que al conocerle tal y como El es, nos dediquemos de lleno a Su servicio y a la predicación del mensaje de salvación. Ya es tiempo.

Tuesday, March 10, 2009

SIEMPRE SEREMOS EXTRANJEROS


La lectura de hoy se encuentra en Deuteronomio 10:12-22. Aquí Dios le dio al pueblo de Israel instrucciones para temerle y servirle.


¡Qué impresionante es notar que desde entonces, Dios estableció leyes para cuidar al extranjero! El pueblo de Israel tenía el deber de proveer ropa y alimento a cualquier persona extraña que llegara a ellos. Dios no mandó que los convirtieran al judaísmo o que los obligaran a aceptar su forma de vida. Dios simplemente ordenó que se les protegiera. Pero, ¿por qué? Porque los mismos israelitas habían sido extranjeros en Egipto. Ellos mismos sabían lo que era vivir en una tierra lejana y extraña. Ellos mismos podían recordar lo que era ser diferente a los demás.


Hoy en día, Dios nos ha traído a esta maravillosa nación. Somos extranjeros y en ocasiones somos mal vistos y perseguidos. Pero no podemos negar que hemos disfrutado de las bendiciones que este país otorga. Vivimos bien, comemos bien y ganamos bien. Claro que tenemos que trabajar duro, pero se nos remunera de mejor manera que en nuestros países de origen. Y sea lo que sea, las leyes de este país nos cuidan y se nos extienden las mismas garantías de paz, libertad y el “gran sueño americano.”


Demos gracias a Dios por Su cuidado hacia nosotros. Demos gracias a Dios que El mismo estableció reglas acerca de cómo tratar a los extranjeros. Y si esta nación llegara a fallar en esta obligación, Dios será su juez y demandará de ella. En lo que a nosotros concierne, aceptemos a aquellos que nos son tan extraños. Esto no quiere decir que vamos a vivir como ellos, pero sí los vamos a respetar y a ayudar cuando la necesidad lo amerite. Y más que eso, los vamos a amar y a orar por ellos. A fin de cuentas, estemos donde estemos, este mundo jamás podrá ser nuestro hogar y siempre seremos extranjeros.

Friday, March 6, 2009

VIGILEMOS


La lectura de hoy se encuentra en Marcos 13:31-37. Aquí, Jesus nos da una seria advertencia acerca de Su segunda venida.


Primeramente, Jesus estableció en esta porción de la Escritura que ninguna de Sus palabras pasaría sin cumplimiento. Esto nos da la certeza de que El no miente ni tampoco se retracta. Lo que ha dicho se cumplirá al pie de la letra. Después, Jesus estableció que aunque nadie sabe la fecha ni la hora en que volverá a la tierra, a nosotros nos conviene mantenernos vigilantes.


Jesus usó el ejemplo de un hombre que sale de viaje y deja a cada sirviente en su casa con una tarea específica. Al portero le mandó que estuviera atento a su regreso. De la misma forma, Jesus nos ha establecido como los porteros en este mundo. Siendo así, nuestro trabajo principal es el de vigilar por Su regreso. Como Sus siervos, Jesus no nos dejó para criticar a otros ni mucho menos para maltratarlos. Jesus no nos dejó al cargo para herirnos o causar divisiones dentro de Su casa. Jesus nos ha dado la responsabilidad de vigilar. Esta palabra significa, “mantenerse despierto durante la noche; estar atento; guardar algo o a alguien bajo cuidadosa observación.” Este es nuestro trabajo como siervos de la Casa del Señor.


¿Estamos cumpliendo con nuestra tarea asignada? ¿Estamos haciendo nuestro trabajo de manera responsable? Debemos mantenernos despiertos durante la noche y debemos estar atentos a las señales que nos indican que el Dueño de la casa está por regresar. Su venida debe ser lo que más guardemos bajo cuidadosa observación. No vaya a ser que el Señor nos encuentre durmiendo. ¡Así que vigilemos!

Tuesday, March 3, 2009

CUIDEMOS DE LOS NIÑOS


La lectura de hoy se encuentra en Marcos 10:13-31. A pesar de que se relatan muchas historias bonitas e interesantes, enfocaremos en la primera que trata con unos niños. La Biblia dice que le trajeron a Jesus muchos niños para que los tocara como señal de bendición. Pero esto molestó en gran manera a los discípulos quienes comenzaron a regañar a quienes llevaban a los niños a Jesus.


De pronto, Jesus se dio cuenta de esto y se enojó contra Sus discípulos y les llamó la atención. Declaró que debían permitirle a los niños acercarse a El ya que de todas formas el reino de los cielos les pertenece a ellos. Finalmente, Jesus estableció que quien no recibe el Reino de Dios como lo hace un niño, no podría entrar en él. Después de estas palabras, Jesus abrazó a los niños y los bendijo poniendo Sus manos sobre ellos.


¡Qué recuerdos tan gratos ha traído esto a mi memoria! Yo era un niño como de seis o siete años cuando recibí a Jesus como mi Salvador y fui bautizado con el poder del Espíritu Santo. No comprendí lo que me había pasado en aquel momento, pero sé que había sido algo que cambiaría mi vida por completo. Algún tiempo después de esta maravillosa experiencia, llegó a nuestra iglesia una mujer que se especializaba en ministrar a niños. No recuerdo su nombre, pero recuerdo que trabajaba como ventrílocua con un muñeco en forma de pajarito. Cantaba cantos que hasta el día de hoy no se me han olvidado y llevó a cabo juegos y actividades que me ayudaron a comprender cuánto Dios me amaba.


Cuando nosotros tomamos el pastorado en Fillmore, CA, la iglesia únicamente tenía un niñito que asistía regularmente a los servicios. En aquel entonces, la iglesia no ofrecía ningún tipo de servicio para los niños. Pero mi meta fue proveer actividades para alcanzar a los niños de nuestra comunidad. Gracias al trabajo de muchos hermanos que amaban a los niños, celebramos Escuelitas Bíblicas de Vacaciones en donde llegamos a recibir a más de 100 niños. También comenzamos el ministerio de Misioneritas y Exploradores del Rey. Todo esto nos ayudó a tocar la vida de niños que necesitaban sentir el abrazo de Jesus.


Hoy en día, Dios nos ha puesto a nosotros como la extensión de Sus manos. Somos nosotros quienes debemos abrazar a los niños de nuestra comunidad y bendecirlos, mostrándoles que hay un Salvador que los ama. Pero no lo podrán ver si no hay gente comprometida a traerlos delante de El. ¿Será usted uno de aquellos que cuide, ame y traiga a los niños a Jesus? ¿O será usted como los discípulos que quisieron empujarlos y alejarlos del Maestro? Recuerde que en cada niño hay el maravilloso potencial de un ministro para Jesus.

Saturday, February 28, 2009

NO PREFIERA A LOS CERDOS


La lectura de hoy se encuentra en Marcos 5 y nos relata varias historias. De estas, la que más ha llamado mi atención es la de aquel hombre gadareno poseído por muchos espíritus inmundos o demoníacos.


Todo comenzó cuando Jesús llegó con Sus discípulos a la región de Gadara. Inmediatamente que desembarcó, este hombre le salió al encuentro. Quien hablaba no era el hombre, sino el espíritu malo que lo había poseído. La Biblia dice que este individuo vivía entre los sepulcros. En aquel entonces, esto sería vivir entre las cuevas y colinas en donde eran puestos los cuerpos de aquellos que ya habían muerto. Todo lo que esta persona hacía era lastimarse a sí mismo con piedras y andar entre los sepulcros dando gritos. Si trataban de atarlo, tenía la fuerza suficiente para romper aquellas cadenas y liberarse. ¡Era un hombre fuera de control!


Aquel espíritu inmundo reconoció a Jesús y lo identificó como “…Jesús, Hijo del Dios Altísimo…” Jesús también demandó que aquel espíritu se identificara preguntando su nombre. El espíritu respondió, “Me llamo Legión porque somos muchos.” Una legión era la unidad básica del ejército romano y consistía de entre 3,000 a 6,000 soldados de infantería incluyendo su caballería. ¿Se imagina lo atormentado que estaba este hombre con tantos espíritus dentro de él? Pero note que Jesús no se asombró del número, sino que les mandó que salieran y lo dejaran libre. Aquellos demonios pidieron a Jesús autorización para entrar en unos cerdos que estaban cerca. Jesús les dio permiso, pero los animales se espantaron tanto que se cayeron al lago y se ahogaron.


Uno creería que esto sería suficiente como para adorar a Jesus. Y a pesar que esta fue la actitud de aquel que había sido poseído por estos demonios, la gente de los alrededores actuó de forma distinta. La Biblia dice que aquellos que cuidaban de los cerdos salieron huyendo para avisar a todos en el pueblo lo que había ocurrido. Cuando los del pueblo llegaron a donde estaba Jesus, se sorprendieron de ver al endemoniado actuando de manera normal y sentado a los pies de quien lo había hecho libre. Esto espantó terriblemente a los habitantes de aquel lugar y le rogaron a Jesus que se fuera.


¡Qué triste que aquella gente hubiera sacado a Jesus de su ciudad! Aparentemente, preferían vivir con un endemoniado que con una persona en su justo juicio. Preferían mantener a miles de sucios cerdos que experimentar la liberación de una persona del poder del diablo. Y prefirieron vivir en sus temores antes que abrazar a Dios Todopoderoso quien puede cambiar todas las cosas. Permita Dios que nosotros no seamos así. Permita Dios que amemos más las almas que cualquier otra cosa. Y permitamos nosotros que Dios haga lo que El quiera, aunque nos cueste un montón de cerdos, para liberar a quienes El ama.

Wednesday, February 25, 2009

JESUS YA NO DUERME


La lectura de hoy se encuentra en Marcos 4. Hay varias historias que se nos cuentan aquí, pero la que llama mi atención es la de los discípulos enfrentando una tormenta mientras Jesús dormía en la barca.

La Biblia dice que Jesús había estado enseñando a las multitudes acerca del Reino de Dios. Les había relatado la parábola del sembrador y de la luz que se pone en alto para alumbrar una casa. Al final del día, Jesús le dio la orden a Sus discípulos, “Crucemos al otro lado.” ¡Que seguridad hay en las palabras de Aquel que todo lo conoce! Lo admirable es que los discípulos inmediatamente obedecieron a Su orden. No cuestionaron ni titubearon, sino que rápidamente se lanzaron a la mar.

Repentinamente se desató una tormenta inusual. Varios de los que estaban en la barca eran pescadores veteranos y acostumbrados a los azotes del viento y a las gigantescas olas. Pero en esta ocasión, algo ocurrió que causó grande espanto y desesperación. Entretanto, Jesús se había acostado en la parte trasera de la barca para descansar. Los discípulos estaban tan espantados que comenzaron a gritar y a pedir Su ayuda. Pero es interesante notar que al acercarse a El, lo hicieron de una forma recriminatoria, “Maestro, ¿no te importa que nos estamos hundiendo?” Jesús se levantó y le habló al viento y al mar dándoles la orden de que se calmaran. Los dos obedecieron al momento y hubo gran paz.

Hoy en día, estamos atravesando momentos difíciles y complicados. La crisis financiera ha tocado a todos y nos encontramos en medio de un mar turbulento azotados por vientos que pudieran hundir nuestra barca. Pero, ¿acaso no está Jesús con nosotros? Si es así, ¿Por qué temer entonces? Es normal sentir temor. Y es eso exactamente lo que nos debe llevar a pedirle a Jesús de Su ayuda. Pero no lo hagamos de forma grosera ni con soberbia. A Jesús le importa todo lo que ocurre en nuestra vida. Tanto le importamos que prefirió morir antes que nosotros pereciéramos. Entonces tome ánimo este día. Llame a Jesús en medio de su desesperación y El dará la orden para que los vientos y la mar se calmen. El lo puede hacer. Lo que falta ver es si usted se lo pedirá. Y recuerde también, que Jesús ya no duerme ni se cansa. El siempre está atento.

¿QUE CLASE DE CRISTIANO ES USTED?


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 24. Pablo ya había sido acusado de profanar el Templo y había sido arrestado para evitar un motín. Félix era el gobernador de aquella región para ese entonces y decidió escuchar el caso que había sido formulado contra Pablo. El sumo sacerdote Ananías llegó a Cesarea con un grupo de ancianos y un abogado llamado Tértulo para que los representara.


Es interesante notar que cuando se le dio oportunidad de hablar al abogado, se deshizo en palabras de admiración por el gobernador. Eventualmente presentó su acusación contra Pablo estableciendo que era “una plaga que por todas partes anda provocando disturbios entre los judíos. Es cabecilla de la secta de los nazarenos. Incluso trató de profanar el templo; por eso lo prendimos.”


Cuando Félix le otorgó la palabra a Pablo, este se defendió estableciendo que en ningún momento se le encontró discutiendo ni promoviendo motines. El había sido arrestado en el Templo después de haberse purificado. Su única intención al venir a Jerusalén era la de ofrecer ofrendas y donativos para su pueblo. Lo que nunca negó es que el adoraba al Dios de sus antepasados. Y dejo bien claro también que la única razón por la que había sido detenido era porque creía en la resurrección de los muertos. Hasta este punto le escuchó Félix y luego dispuso que escucharía el resto cuando hubiere llegado el tribuno Lisias que había arrestado a Pablo.


En varias ocasiones Félix mandó llamar a Pablo para escucharlo, pero su verdadera intención era que Pablo le ofreciera dinero para ser liberado. Tristemente para Félix esto no ocurrió y después de dos años en el poder, fue reemplazado por Porcio Festo sin que Pablo fuera dejado libre.


¡Qué triste es encontrar a este tipo de personas aún hoy en día! Es gente que no está satisfecha con su propia búsqueda de Dios. Son personas que se auto proclaman conocedoras del mensaje divino, pero la verdad que nunca han oído a Dios hablarles. Personas que se han llenado de supuesto conocimiento, pero que en verdad están vacíos y huecos. Estos son los que aún hoy dañan la iglesia y sus ministros. Atacan con ferocidad y sin tocarse el corazón y su única intención es impedir el mover de Dios porque no lo comprenden y no lo aceptan. Pero que Dios nos diera más hombres y mujeres como Pablo que estuvo dispuesto a sufrirlo todo por amor a Cristo. Nunca se avergonzó y aunque sabía que las cosas iban a empeorar para él, no se dio por vencido. ¿Es usted un cristiano como aquellos líderes religiosos? ¿O es usted un cristiano como Pablo?

Tuesday, February 24, 2009

DIEZMAR O NO DIEZMAR


La lectura de hoy se encuentra en Levítico 27:30. Dios claramente estableció el requisito del diezmo de todo y cuanto una persona cosechara como fruto de la tierra.


Hoy en día, existe tanta gente en contra del diezmo. Muchos argumentos han surgido estableciendo que ya el diezmo es algo inventado por los hombres y no requerido por Dios. Uno de los argumentos más fuertes lo hacen aquellos que dicen que el diezmo fue establecido por Dios como parte de la Ley de Moisés. Sin embargo, este argumento es falso y errado. La Biblia nos enseña en Génesis 14:20 que Abram pagó sus diezmos al sacerdote Melquisedec. Es interesante notar que la Ley aún no había sido establecida y ya Abram cumplió con esta responsabilidad divina. De la misma forma, cuando Jacob huía de su hermano Esaú hacia Harán, se acostó a dormir en un lugar donde tuvo un sueño extraño. Veía una escalera que llegaba al cielo y de ella subían y bajaban ángeles. Al final de aquella escalera estaba Dios mismo y le habló a Jacob prometiendo guardarlo y prosperarlo. Cuando Jacob despertó, consagró aquel lugar a Dios y dijo, “…y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.” Nuevamente, esto fue muchos años antes que la Ley se estableciera y ya estos hombres de Dios se habían comprometido a pagar sus diezmos.


Otro argumento que la gente hace es que el diezmo se lo gastan o se lo quedan los pastores. Es importante entender que para eso exactamente fue que Dios estableció los diezmos. La tribu de Leví fue elegida como nación sacerdotal para Israel. Cuando el pueblo tomó posesión de la Tierra Prometida, a Leví no se le dio heredad en medio de sus hermanos. Dios estableció que “…he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.” Aún hoy, los siervos de Dios dependen del diezmo para suplir su salario. Lógicamente que han habido serios abusos. Pero esto no debe ser usado como una generalización. Esta es la forma en que Dios ha provisto para el sostenimiento de aquellos que le sirven y que trabajan en Su obra. Además, piense usted por un momento. ¿Le gustaría que su salario dependiera de lo que otros aportan? De acuerdo a un estudio desarrollado por el Grupo Barna, menos del 10% de cristianos que regularmente asisten a una iglesia dan su diezmo. ¿Y usted cree que así puede un pastor hacerse rico?


Sin duda que los argumentos son muchos y las excusas también. Pero para Dios nada de esto tiene valor alguno. El ha dado la orden que demos nuestro diezmo de todo lo que adquirimos por medio de nuestro trabajo. Y también ha prometido bendecirnos en grande manera si le obedecemos. Dejemos a un lado nuestras quejas y pleitos con Dios y obedezcamos Su Palabra. Aunque los hombres fallen, El nunca lo hará.

Friday, February 20, 2009

¿QUE DEBO HACER SEÑOR?


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 22. Se nos cuenta la historia de Pablo una vez que fue arrestado en Jerusalén. Los judíos demandaban su muerte, pero Pablo encontró aquí la perfecta oportunidad para hablar acerca de cómo Jesús lo había salvado. Al principio no lo querían escuchar. Pero al oírlo hablar en arameo, toda la gente hizo silencio.


Pablo les dijo de su trasfondo familiar y educacional. Estableció su identidad como judío que había nacido en Tarso, pero había sido criado en Jerusalén. Había sido educado por Gamaliel, un prominente maestro de la Ley de aquel entonces. Sin comprender el plan de Dios, Pablo se había dado a la tarea de perseguir a los cristianos con gran furia y celo religioso. El pensaba que con esto estaba agradando a Dios. Aún había pedido cartas de extradición para traer a la fuerza a todo judío creyente que encontrara en Damasco.


Mientras iba a esa ciudad, tuvo un encuentro genuino con Jesús. Al mediodía, mientras caminaba, apareció una luz fuerte que lo rodeó. Y luego oyó una voz que deseaba saber por qué Pablo lo perseguía. No sabiendo quién le hablaba, Pablo preguntó, “¿Quién eres, Señor?” Y fue allí donde Jesús se le presentó. Es curioso notar que los acompañantes de Pablo pudieron contemplar el resplandor, pero no escucharon la voz del que hablaba. Finalmente Pablo se rindió con estas palabras, “¿Qué debo hacer, Señor? Jesús le dio instrucciones claras de entrar a la ciudad hasta que recibiera más información. Pablo tuvo que ser guiado por los que iban con el ya que debido al resplandor había quedado ciego. Eventualmente llegó a verlo un hombre llamado Ananías que oró por Pablo para que de nuevo recibiera la vista. Y finalmente le dio el llamado a ser predicador a los gentiles.


Cuando los judíos escucharon esta última parte del mensaje, se enfurecieron y comenzaron a amotinarse y a demandar que Pablo fuera ejecutado. Debido a esto, el comandante romano mandó remover a Pablo de aquel lugar y a azotarlo para sacarle la verdadera razón por la que todos estos judíos querían matarlo. Una vez que Pablo fue atado, pero antes de ser azotado, Pablo declaró que era ciudadano romano. El comandante romano inmediatamente mandó soltarle de sus ataduras ya que la ley romana prohibía azotar a sus ciudadanos. Sin duda que Dios cuida de los que le pertenecen. Pablo había nacido con el privilegio de la ciudadanía romana. También había sido educado en todo en cuanto a la Ley de Moisés y los Profetas. Esto le otorgaba pleno conocimiento de lo que Dios quería hacer con los gentiles.


De la misma forma, todo y cuanto nosotros tenemos y hemos logrado, es parte del plan de Dios. Aún las experiencias más tristes y difíciles de nuestra vida pueden servir de mucho en las manos de Aquel que nos diseñó. Y sabemos que en Sus manos, nuestro futuro está bien protegido y asegurado. Rindamos todo a El y luego preguntémosle, “¿Qué debo hacer, Señor?”

Thursday, February 19, 2009

GRACIAS A DIOS POR UN DIA DE DESCANSO

La lectura de hoy se encuentra en Levítico 23:3. Dios ordenó a la humanidad que habían de tener un día de descanso en toda la semana. Pero es interesante notar que Dios no estableció este como un simple día en el cual nadie hiciera nada. Fue establecido para que todos hicieran fiesta en honor a Dios.

Cuán triste es notar que hoy en día la humanidad ha pervertido esta orden divina. La mayoría de nosotros, no simplemente descansamos un día, sino dos. Lo triste es que no nos detenemos para celebrar la fidelidad y la bondad de Dios. Creemos que estamos autorizados en ese día para ir y hacer lo que nosotros queremos. Nos vamos a jugar un partido de futbol, nos vamos a ver una película al cine, nos vamos de paseo el fin de semana, etc. Y usualmente Dios es la última Persona en quien pensamos durante nuestro descanso.

Si acaso vamos a la iglesia, lo hacemos por puro compromiso. Antes de salir de casa nos enredamos en pleitos con nuestra pareja o con nuestros hijos. Al llegar al templo estamos enojados o profundamente cansados y a veces hasta nos quedamos dormidos. Lo que debería ser un día de celebración, lo convertimos en un día amargo.

Dios permita que nuestra perspectiva y nuestra actitud cambien. Dios quiera que estemos dispuestos a entrar por Sus puertas con acción de gracias y por Sus atrios con alabanza.

Wednesday, February 18, 2009

DEJEMOS DE DORMIR


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 20. La Biblia nos cuenta que Pablo viajaba de un lugar a otro animando a los creyentes. Siendo que los judíos tramaban un atentado contra vida, Pablo prefirió regresar por Macedonia en lugar de embarcarse hacia Siria. Siendo así, pasó por Troas en donde se quedó predicando hasta altas horas de la noche.


Pablo sabia que quizás no volvería a ver a estos hermanos y quiso adiestrarlos y prepararlos para cualquier situación. Invirtió largo tiempo enseñando hasta la medianoche. Tristemente, allí mismo había un joven llamado Eutíco que se quedó dormido durante el discurso de Pablo. Lo peor de todo es que se durmió justo en el borde de la ventana. Eventualmente se cayó desde el segundo piso y murió. ¡Qué terrible susto habrá producido este evento tan inesperado! Sin embargo, Pablo no perdió el tiempo. Tomó al joven en sus brazos y declaró que estaba vivo. El joven se levantó de allí y subió con todos los demás para comer. Finalmente, al amanecer, Pablo se fue y el joven regresó vivo a su casa.


¡Qué cosas tan increíbles hace Dios! Pudiéramos aprender de esto algunas lecciones importantes. En primer lugar, a las reuniones de los hermanos no se va a dormir. Y mucho menos junto al borde de la ventana en un segundo piso. En segundo lugar, los predicadores debemos ser más conscientes y entender que los jóvenes se cansan. Tercero, a pesar de nuestro cansancio, debiéramos hacer de la Palabra de Dios nuestro mayor anhelo. Escucharla para ser motivados y alentados para momentos en que nos sea necesario recordar sus consejos debiera ser nuestro objetivo primordial. Dejemos de dormir y procuremos con determinación aprender más de la Palabra de Dios.

Tuesday, February 17, 2009

SEAMOS COMO PABLO


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 19. Pablo se fue a Efeso para predicar el mensaje de Jesucristo, pero se extrañó que la gente de este lugar ni siquiera hubiera escuchado hablar del Espíritu Santo. Al preguntarles sobre el bautismo, la gente le informó que habían sido bautizados con el bautismo de Juan. Pablo entonces les enseñó que había venido uno mayor que Juan, Cristo Jesús, para redimirlos por completo. Cuando los efesios oyeron esto, fueron bautizados y cuando Pablo les impuso las manos para orar por ellos, recibieron el bautismo en el Espíritu Santo.


Después de esto y por tres meses, Pablo estuvo en la sinagoga enseñando y tratando de persuadir a los judíos a creer en Jesús. Pero siendo que ellos se negaron a creer y aún comenzaron a hablar mal de Cristo, Pablo decidió alejarse de ellos. Increíblemente, en dos años, todos los que vivían en la provincia de Asia, llegaron a escuchar acerca de Jesús y de la Palabra de Dios. Qué interesante es notar que Pablo no perdía su tiempo peleando con aquellos que no lo querían. No procuraba que lo aceptaran y lo aplaudieran. Pablo cumplía con su trabajo y ya. Fue tanta su dedicación que llenó todo lugar donde vivía con el mensaje de salvación.


Que hoy nosotros también dejemos a un lado las cosas que como a santos nos afectan y nos infectan. Las divisiones, los conflictos, los chismes, las palabrerías y los pleitos no son más que estrategias del diablo para distraernos y que no cumplamos con el propósito divino de predicar el mensaje de salvación. Dejemos a un lado estas cosas y seamos como Pablo. Prediquemos sin parar hasta llenar del mensaje de Cristo nuestros vecindarios y ciudades.

EL QUE NO TRABAJE, QUE NO COMA


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 18. Aquí encontramos a Pablo yendo a la ciudad de Corinto para seguir predicando el Evangelio del Señor Jesucristo. Fue aquí donde se encontró a una pareja de judíos, Aquila y Priscila, quienes habían llegado desde Italia ya que el Emperador Claudio había mandado expulsar a todos los judíos de Roma. Esta pareja fue entrenada por Pablo y se convirtieron en gran ayuda en la enseñanza y predicación de la Palabra de Dios. Ellos, como Pablo, hacían tiendas de campaña. Trabajaron juntos por algún tiempo ya que Pablo no quería ser carga para nadie ni para las iglesias. No fue sino hasta que Silas y Timoteo se unieron a Pablo que dejó su trabajo para dedicarse por completo a la predicación.


Qué interesante es ver que los verdaderos siervos de Dios no mendigan ni venden el Evangelio como cualquier mercadería. Pablo demostró con su ejemplo que estaba dispuesto a suplir para sus propias necesidades por medio de su trabajo. Qué distinto de los llamados “predicadores” de hoy en día que no buscan cómo exprimirle al pueblo hasta el último centavo. No dan el ejemplo de arduo trabajo sino que hasta venden las promesas de Dios por una ofrenda. Dios nos ayude a recapacitar hoy y a aprender lo que Pablo dijo, “El que no trabaje, que no coma.”

Monday, February 16, 2009

MEJOR SER COMO LOS DE BEREA


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 17. Aquí se nos cuenta la historia tan distinta de dos ciudades a las que Pablo llegó y la forma en que recibieron el mensaje del Evangelio.


Primeramente, Pablo, Silas y Timoteo llegaron a Tesalónica. Esta era una ciudad que fue fundada por los macedonios y se convirtió en una prominente ciudad costera. Eventualmente cayó en manos de los romanos y llegó a ser la capital de la provincia de Macedonia. Fue aquí donde Pablo, como era su costumbre, visitó la sinagoga y predicó el mensaje de salvación en Jesucristo. A pesar de que varios judíos y gentiles creyeron a su mensaje, no faltaron aquellos que por envidia pagaron a unos maleantes para que causaran problemas y persecución contra Pablo. Fue aquí donde la acusación contra los cristianos fue establecida como, “¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá…!” ¡Que acusación tan poderosa! Los mismos incrédulos entendían que el mensaje que Pablo y sus acompañantes estaban predicando era un mensaje que producía increíbles cambios. Que así sea para nosotros hoy la predicación del poderoso mensaje de salvación. Que las gentes, ciudades y naciones tiemblen ante los cambios que produce el pleno conocimiento de Jesucristo.


Debido a este grave problema, los hermanos de Tesalónica mandaron a Pablo y a Silas hasta Berea. Nuevamente, ellos fueron a la sinagoga a predicar. Pero notemos la actitud tan diferente de las personas en este lugar. No se escandalizaron ni se llenaron de envidia. Por lo contrario, comenzaron a estudiar las Escrituras para comprobar si lo que se les había dicho era verdad. Y siendo que la Biblia siempre hablará la verdad de Jesucristo, ellos quedaron convencidos. Tristemente, cuando los líderes judíos de Tesalónica se enteraron que Pablo estaba en Berea, enviaron hasta allá a un grupo de alborotadores y esto nuevamente forzó a los apóstoles a continuar su camino.


Dios quiera que nosotros no seamos como los judíos de Tesalónica. Dios no permita que nos parezcamos a esos alborotadores envidiosos. Pero quiera Dios que seamos como los hermanos de Berea. Que todo y cuanto escuchemos lo pongamos en balanza y lo analicemos a través de las Escrituras. Al ver el final de la historia, los alborotadores de Tesalonica no lograron nada. Pero los hermanos de Berea llegaron a conocer la verdad la cual los hizo verdaderamente libres.

MILAGROS Y MARAVILLAS EN EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO DE PABLO Y SILAS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 16. Pablo y Silas habían comenzado el segundo viaje misionero, yendo de lugar en lugar, anunciando el mensaje de salvación en Jesús. Pasaron por Derbe y luego por Listra en donde Pablo encontró a un joven llamado Timoteo al cual comenzó a discipular. Sin duda que Pablo pudo recordar que había sido muy duro con Juan Marcos que también era joven y por su inexperiencia e inmadurez había decidido separarse de él durante su primer viaje misionero. Ahora, Pablo encontró a este muchacho al cual llevó consigo. Dios siempre nos hace tomar las lecciones que para El son importantes, esperando que las pasemos con excelente calificación. Pero si no aprendemos la primera vez, nos hará repetir la misma lección.


Después de esto pasaron por Frigia y Galacia teniendo la intención de entrar a Asia a predicar las Buenas Nuevas. Sin embargo, el Espíritu Santo no les permitió llevar a cabo este plan y, habiendo llegado a Troas, Pablo tuvo una visión en la noche en la cual se le apareció un hombre de Macedonia que le dijo, “Pasa a Macedonia y ayúdanos.” Entendiendo que este era un mensaje de parte de Dios, Pablo se fue hasta aquella ciudad. Esto nos debe enseñar que no se trata de cumplir nuestros planes, sino los de Dios. El siempre sabe mejor lo que es más conveniente llevar a cabo. Es bueno hacer planes y pensar en el futuro, pero siempre sabiendo que estos planes están sujetos a cambios y que eso nunca nos debe frustrar o enojar. Dios sabe mejor por qué hace las cosas.


Habiendo después llegado a Filipos, estuvieron allí varios días. Es interesante notar que en este lugar no había una sinagoga, pero aún así, la gente acostumbraba reunirse junto al río. Fue allí donde Pablo y Silas encontraron a algunas mujeres a las que les hablaron acerca del mensaje de salvación. Estas mujeres aceptaron al punto tal que una de ellas, llamada Lidia, les insistió que se quedaran hospedados en su casa. Siendo que ella era vendedora de telas de púrpura, es fácil entender que era una mujer influyente y rica. Se dice que respaldó financieramente el ministerio de Pablo. Pero Pablo nunca le predicó la Palabra interesado en su propio bienestar. El simplemente hacía lo que Dios le había mandado.


En aquel mismo lugar, un día Pablo y Silas comenzaron a ser seguidos por una joven que tenía un espíritu de adivinación. Constantemente seguía a los apóstoles gritando, “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.” Yo me pregunto, ¿Por qué se enojo Pablo? La muchacha no estaba diciendo nada malo ni tampoco decía mentira alguna. La cuestión es que los siervos de Dios no necesitan al diablo para hacerles publicidad. Y si usted se da cuenta, la muchacha los anunciaba a ellos como el centro de atención. Nunca es así en la obra de Dios. El único nombre que debe sobresalir y el único en quien la gente debiera enfocar es en Dios y nadie más. Pablo finalmente se cansó de todo esto y reprendió a aquel espíritu malo que inmediatamente salió de la muchacha. Cuando los dueños de esta esclava vieron lo que había pasado, entendieron que ya no había para ellos más ganancias por hacer. Entonces se enojaron y llevaron a Pablo y a Silas delante de las autoridades. Lo curioso de esto es que los dueños no hicieron nada cuando la joven iba tras los apóstoles anunciándolos.


Sin hacer las averiguaciones indicadas, Pablo y Silas fueron desvestidos frente a la multitud y fueron azotados. Finalmente, fueron echados en la cárcel. Al carcelero se le dieron claras instrucciones de ver que estos presos no escaparan. Lo que atrae mucho mi atención es que Pablo y Silas no fueron a la cárcel quejándose ni reclamándole a Dios. ¡Se pusieron a cantar alabanzas! Con tanto dolor que debían sentir y todavía así, prefirieron cantar. La Biblia relata que a la medianoche hubo un gran terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel. Es muy interesante notar que las puertas de aquel lugar se abrieron y las cadenas de todos los prisioneros se soltaron. Sin duda que la actitud de adoración de los apóstoles hizo descender la misma presencia de Dios. Y se cumplió la Escritura cuando dice, “Donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad.”


El carcelero se sintió aterrado, pues era costumbre que el pagara con su vida por cualquier prisionero que escapara. Al observar que las puertas de la cárcel estaban abiertas, tomó su espada para matarse. Pero Pablo le gritó pidiéndole que no se hiciera daño alguno ya que todos los prisioneros estaban allí reunidos. Fue entonces que el carcelero fue impactado por el poder de Dios y pidió instrucciones para ser salvo. Esa misma noche fue bautizado con toda su familia y cenó juntamente con Pablo y Silas. Cuando ya hubo amanecido, las autoridades de la ciudad mandaron a sacar a los apóstoles de la cárcel. Ellos se rehusaron a salir reclamando sus derechos como ciudadanos romanos. Cuando las autoridades oyeron esto, se espantaron ya que estaba prohibido azotar a un ciudadano de Roma. Los azotes y la humillación pública estaban reservados únicamente para los esclavos y los criminales. Sin embargo, Pablo y Silas no habían cometido ningún delito. Fue por esto que las autoridades de la ciudad insistieron con mayor esfuerzo a que ellos salieran de la cárcel y abandonaran la ciudad. Pablo y Silas lo hicieron, pero no sin antes pasar a casa de Lidia y consolar a los hermanos.

Tuesday, February 10, 2009

NO MI VOLUNTAD, SINO LA DE DIOS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 15. Cuando Pablo y Bernabé regresaron de su primer viaje misionero, no faltó un grupo de judíos de Antioquia que vinieron a Jerusalén para demandar que todo griego que aceptara a Jesús como Salvador debía también ser circuncidado y debía también obedecer la Ley de Moisés. Debido a esta situación, los apóstoles se reunieron en un concilio para estudiar y decidir qué se debía hacer.


Pedro fue el primero en levantarse para defender a los griegos. Explicó cómo él mismo había experimentado el derramamiento del Espíritu Santo sobre ellos. Declaró que era injusto poner sobre ellos un yugo que ni los judíos mismos habían podido llevar. Sus palabras más impactantes fueron, “Más bien, como ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús.” ¡Qué bueno es Dios que no necesitamos llenar ni un requisito más! Unicamente debemos creer. Bernabé y Pablo también tomaron la palabra para contar las cosas maravillosas que Dios había hecho por medio de ellos entre los griegos.


Finalmente, Jacobo, quien presidía el concilio habló para establecer que no se iba a demandar de los griegos ni la circuncisión ni el cumplimiento de la Ley de Moisés. Simplemente se le enseñaría a los griegos a abstenerse de lo consagrado a los ídolos, a evitar toda inmoralidad sexual y a no consumir la carne de animales cuya sangre no se hubiera vertido. Y aparentemente toda la asamblea estuvo de acuerdo en esto al punto que se escribieron cartas explicando la decisión para leerla a través de todas las iglesias.


Lo interesante es que cuando llegó el momento de distribuir las cartas, Bernabé y Pablo tuvieron una fuerte discusión. Todo se debió a que Bernabé quiso llevar con ellos nuevamente a Juan Marcos. Pero Pablo no estuvo de acuerdo ya que este joven los había abandonado durante el primer viaje misionero. A pesar de la discusión, cada uno tomó su camino, no tratando de perjudicar al otro, y fueron a cumplir la misión que les había sido encomendada. Bernabé se fue con Juan Marcos y Pablo se llevó a Silas. ¡Que hoy pudiéramos aprender a hacer como hicieron ellos! No hay nada de malo con tener diferencias de opinión. Pero cuando tratamos de perjudicar la obra de Dios simplemente porque no se hacen las cosas como nosotros queremos, entonces hay pecado. Que Dios nos ayude hoy a entender que no se trata de hacer nuestra voluntad, sino la de El.

Monday, February 9, 2009

¿DE DONDE VIENE NUESTRA RECOMPENSA?


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 14. La Biblia continúa el relato del primer viaje misionero de Bernabé y Pablo. Después de partir de Antioquia de Pisidia, pasaron a Iconio y allí también compartieron el Evangelio, primeramente con los judíos, y luego con los gentiles o griegos. Invirtieron allí buen tiempo llevando a cabo la obra del Señor. Sin embargo, siendo que la ciudad se había dividido entre aquellos que los apoyaban y aquellos que deseaban matarlos, finalmente decidieron partir con rumbo a Listra.


Fue en Listra donde Pablo se percató de un hombre cojo que escuchaba el mensaje del Evangelio. Tanta era su fe que Pablo lo pudo notar y le ordenó que se pusiera en pie. Sin titubeos ni dudas, el hombre se paró de un salto y empezó a caminar. ¡Toda la gente del lugar se maravilló de este milagro! Quisieron entonces adorar a Bernabé y a Pablo. Trajeron toros para sacrificar delante de ellos y otras ofrendas para darles. Los apóstoles se negaron a recibir tal adoración y nuevamente Pablo les habló la Palabra de Dios, pero ellos ya no quisieron escuchar. Al negarse a ser adorados, tomaron ventaja algunos judíos que habían llegado de Antioquia y de Iconio e incitaron a la multitud a apedrear a Pablo. Pensando que estaba muerto, lo sacaron de la ciudad y lo abandonaron. Sin embargo, no faltaron verdaderos creyentes que vinieron al auxilio de Pablo.


¡Qué hechos tan increíbles! Primero, al ver un milagro tan maravilloso, la gente quiso adorar a los apóstoles. Pero cuando ellos se negaron, aquella misma multitud pudo ser manipulada por otros para hacerles daño. Tristemente en la obra del Señor aquellos a quienes Dios usa con poder, tienden a tomarse todo el crédito y se olvidan de reconocer que tales señales no se dan por ellos. Deshonran a Dios cuando se paran el cuello en actitud de orgullo y soberbia. Se olvidan que Dios no comparte Su gloria con ningún hombre.


Que la lección de hoy nos enseñe a mantener una actitud de humildad en todo lo que hacemos. Que aprendamos hoy a dar a Dios la honra que merece por Sus maravillas. Y que aprendamos también a comprender que no nos debemos dejar llevar por las emociones de un pueblo. Al final de cuentas, quienes aplaudieron a los discípulos por unos instantes, fueron los mismos que momentos después trataron de matarlos. Nuestra recompensa nunca debiera provenir de los hombres. Esperemos mejor a que Dios reconozca nuestra labor con un fuerte aplauso del cielo.

Saturday, February 7, 2009

SIGAMOS ADELANTE


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 13. Aquí aprendemos acerca del primer viaje misionero de Pablo con Bernabé. Es interesante notar que fue Dios quien eligió a estos dos de entre varios otros hombres aptos para la misión de predicar el Evangelio. La iglesia ayunó y oró por ellos y finalmente les impusieron las manos y los enviaron a cumplir el propósito divino.


Desde el primer momento que salieron de viaje, Pablo y Bernabé enfrentaron oposición. Fue en la Isla de Pafos donde encontraron a “un falso profeta judío llamado Barjesús.” Sin duda que este individuo había disfrutado de influencia ya que podía llevar a cabo señales que parecían ser de Dios. Aún así, el gobernador Sergio Paulo quiso escuchar el Evangelio y este hechicero se quiso interponer. Habiéndose opuesto tanto, Pablo finalmente le dijo que Dios estaba contra él y que quedaría ciego por algún tiempo. Al instante sucedió lo dicho y este hombre trataba de buscar quién lo guiara. Este milagro causó que el gobernador creyera y se maravillara de la enseñanza del Señor.


Otra dificultad que Pablo y Bernabé confrontaron fue que al llegar a Perge de Panfilia, Juan Marcos, hijo de María, y joven acompañante de ambos en este viaje misionero, decidió regresarse a casa. Nadie sabe con exactitud la razón de esta decisión tan repentina. Sin embargo, hay algunos teólogos que creen que esto ocurrió debido a que sintió nostalgia por su hogar y prefirió regresar. Eventualmente, esta decisión traería graves consecuencias y una separación entre Pablo y Bernabé.


Eventualmente, llegaron hasta Antioquia de Pisidia y en el Día de Reposo entraron a la sinagoga para adorar a Dios. Como era costumbre, los jefes de la sinagoga les permitieron unas palabras ya que ellos eran hombres judíos y visitantes. Fue entonces que Pablo les predicó el Evangelio de Jesús. Les habló de cómo había muerto y también resucitado de entre los muertos para dar salvación y vida eterna. Al principio, los jefes judíos quisieron oír más acerca de todo esto y los volvieron a invitar al siguiente Dia de Reposo. Sin embargo, a la siguiente reunión, viendo los jefes de la sinagoga que muchos habían venido para escuchar el mensaje del Evangelio, se enojaron y comenzaron a contradecir todo y cuanto Pablo y Bernabé hablaban. Fue tanto el enojo de estos líderes que movieron sus influencias con mujeres muy distinguidas y con hombres prominentes de la ciudad y lograron que Pablo y Bernabé fueran expulsados de la ciudad. Fue entonces que Pablo les dijo, “Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles.” Y desde ese momento, Pablo se dedicó a predicar el Evangelio a los no judíos y estos recibieron el mensaje de salvación con gran gozo.


¡Qué triste es que cada vez que deseamos llevar a cabo la voluntad de Dios, surjan oposiciones terribles! Mientras estemos llevando a cabo nuestros propios planes y deseos, las cosas parecerán marchar bien. Pero al obedecer a Dios, todo lo que pudiera salir mal, saldrá mal. Aún así, Dios cumple Su propósito y nos da ánimo para continuar en la misión que nos ha delegado. ¡Sigamos adelante que Dios hará con nosotros grandes cosas si perseveramos!

Friday, February 6, 2009

DIOS NOS HACE LIBRES


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 12. La Biblia nos habla acerca de Herodes quien quiso congraciarse con los judíos y para hacerlo, comenzó a ejecutar a los apóstoles. Es curioso notar que los judíos despreciaban a Herodes, pero siendo que estaba dispuesto a darles gusto matando a sus enemigos, lo aplaudían de forma hipócrita.


Un día Herodes capturó a Jacobo, hermano de Juan, y lo mató. Un tiempo después, arrestó a Pedro y lo puso bajo la custodia de 16 soldados. Estos no eran hombres débiles y temerosos. Eran soldados romanos acostumbrados a pelear y adiestrados para enfrentar cualquier ataque. Tristemente, nunca se habían encontrado con alguien como Pedro. Ellos pensaron que cuidar a este sencillo pescador sería un trabajo común y aburrido. Nunca contaron con la intervención divina para liberar a Pedro.


Los soldados establecieron varios puntos de vigilancia dentro de la cárcel para evitar que su prisionero escapara. Además, dos de ellos se aseguraron a Pedro con cadenas y durmieron junto a él para prevenir cualquier intento de escape. Pero Dios se apareció en escena y tocó a Pedro en el costado para despertarlo. Luego removió sus cadenas. Pedro creyó estar soñando y simplemente obedeció a todo lo que el ángel le indicaba. Se puso la capa y las sandalias y atravesó los puntos de vigilancia que los soldados habían establecido. Finalmente llegaron al portón que daba hacia la ciudad y al estar en la calle, el ángel desapareció. Fue entonces que Pedro reaccionó y se dio cuenta que no estaba soñando.


Al verse libre, lo primero que Pedro pensó fue en ir a casa de María, la mamá de Juan Marcos, en donde se estaba llevando a cabo una poderosa reunión de oración pidiendo por la liberación de Pedro. Y qué curioso que al tenerlo allí, parado frente a la puerta, ninguno de ellos le fue a abrir. No fue sino hasta que la sierva Rode insistió tanto que los demás fueron a la puerta y se quedaron maravillados de ver a Pedro libre.


Cuántos de nosotros somos así. Le pedimos a Dios de Su ayuda y Su bendición. Oramos por algún milagro en nuestra vida. Y cuando Dios finalmente responde, no tenemos la intrepidez de tomar lo que nos ha dado. O no respondemos a Su llamado para abrir la puerta y dejarle entrar con la bendición que tiene para nosotros. Permitamos que Dios nos haga libres para asi recibir la promesa que tanto anhelamos.

Thursday, February 5, 2009

LA SALVACION ES PARA TODOS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 11. Se nos relata el final de la historia que vimos ayer. Pedro había ido a casa de un centurión llamado Cornelio y había predicado la Palabra de Dios. Mientras él todavía estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre toda la congregación y bautizó a todos los presentes. Tanto Pedro como sus acompañantes se quedaron asombrados por tal evento.


En el episodio de hoy, encontramos a Pedro siendo acusado por los supuestos “defensores de la circuncisión” de haber entrado a la casa de Cornelio y de haber comido con él. Pedro les relató cómo sucedieron las cosas y presentó a sus seis testigos que lo habían acompañado y que verificaron lo que Pedro había dicho. Cuando estos acusadores escucharon cómo Dios había derramado de Su Espíritu sobre estas personas, se maravillaron y finalmente se calmaron.


¡Qué triste que aun hoy en día existen personas así! No evalúan ni aprecian lo que Dios está haciendo sino que todo lo critican. No se alegran de que Dios obre milagros, sino que se enojan porque ellos no reciben nada. Sus vidas están llenas de resentimientos y amargura. Es tiempo hoy de cambiar nuestro enfoque y agradecer a Dios que ha tenido a bien alcanzar a un mundo de pecadores…de entre los cuales, nosotros somos los peores.

Wednesday, February 4, 2009

PARA DIOS NO HAY FAVORITISMOS


La lectura de hoy se encuentra en Hechos 10. Allí se nos cuenta la historia del encuentro que tuvieron Cornelio y Pedro. Cornelio era un centurión (en otras palabras, tenía a su cargo a 100 soldados) que pertenecía al regimiento de La Italiana. Vivía en Cesarea y era un hombre temeroso de Dios lo cual le hacía llevar a cabo “muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel…”


No hay duda que este hombre deseaba conocer más a Dios pues la misma Biblia dice que “oraba a Dios constantemente.” Finalmente, un día Dios le respondió a través de una visión en la cual vio a un ángel que le daba instrucciones claras para ir en busca de Pedro que en aquel tiempo se estaba alojando en casa de un curtidor de pieles en Jope, a unas 50 millas desde el área de Cesarea.


Entretanto, Dios estaba tratando y preparando a Pedro. Mientras esperaba algo de comer, se le presentó una visión en la cual miraba un manto que descendía del cielo lleno de todo tipo de animales que la Ley de Moisés consideraba inmundo. Pedro recibió la orden de matar y comer esos animales. Pero el se rehusó explicando, “Jamás he comido nada impuro o inmundo.” Esto le sucedió tres veces hasta que Dios le dijo, “Lo que Dios ha purificado, tu no lo llames impuro.” ¡Qué maravilloso es saber que Dios tenía reservado para toda la humanidad el don de la salvación! Y nadie puede oponerse a Su plan. Fue en ese mismo instante que Pedro oyó que lo buscaban. Cuando descendió para averiguar qué pasaba, los mensajeros de Cornelio le relataron los sucesos que los había traído en su búsqueda.


Es importante notar que la tradición judía ordenaba que los judíos no debían relacionarse con personas que no eran judías. Mucho menos debían alojarlas o comer con ellas. Pero Pedro decidió mejor obedecer lo que Dios ordenaba. Acompañó a aquellos que lo buscaban hasta casa de Cornelio y allí predicó un poderoso mensaje que culminó con el derramamiento del Espíritu Santo sobre todos en la casa. Pedro no pudo más que decir, “Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos…”


Es así como aprendemos que Dios nos ha tenido misericordia y nos ha salvado. De la misma forma, El tiene misericordia de toda la gente. No hay persona en este mundo que no sea digna del favor y la gracia de Dios. Entonces, vayamos y prediquemos las Buenas Nuevas a todos ya que para Dios NO hay favoritismos.

Monday, February 2, 2009

SI TU NO VAS...NOSOTROS TAMPOCO


La lectura de hoy se encuentra en Exodo 33. Es una porción que tiene un principio triste pues Dios habló con Moisés y le dijo que no guiaría a los israelitas debido a que habían sido un pueblo muy terco. Es interesante notar que el pueblo escuchó estas palabras y se pusieron a llorar de dolor.


Sin embargo, Moisés estableció una tienda de campaña en las afueras del campamento. Toda persona que deseaba consultar a Dios tenía que salir de entre el pueblo y dirigirse a esta tienda. ¡Qué lección nos enseña el Señor hoy! Si deseamos oír de El, debemos salir de nuestras áreas de comodidad e ir en pos de Su presencia. Es más difícil escuchar a Dios hablarnos cuando estamos rodeados de todo a lo que nos hemos acostumbrado. La Biblia nos enseña que Moisés constantemente salía hacia aquella tienda de campaña y se metía en ella para hablar con Dios. Lo más interesante es lo que la Biblia dice acerca de estas reuniones, “Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo.” Es maravilloso que aún hoy en día Dios está buscando amigos con quienes pueda hablar cara a cara.


Fue durante una de estas reuniones que Moisés habló con Dios y le dijo, “O vas con todos nosotros… o mejor no nos hagas salir de aquí.” ¡Que estas sean palabras por las cuales nosotros mismos vivamos! Que nunca nos atrevamos a tomar un solo paso sin contar con la presencia y dirección de Dios. Y si Dios no va con nosotros, entonces ¿para qué intentar algo?

Saturday, January 31, 2009

DIOS TAMBIEN REQUIERE ACCION


La lectura de hoy se encuentra en Exodo 14. Se nos cuenta la historia de cómo Dios libró a Su pueblo del poderío del faraón egipcio. Cuando todos los primogénitos de Egipto murieron, tanto faraón como sus oficiales demandaron que los israelitas se fueran del país. Sin embargo, después de considerar esta decisión por algún tiempo, cambiaron de parecer y fueron tras el pueblo de Israel, pensando hacerlo regresar a la fuerza.


Cuando Dios nos hace libre, no hay nada ni nadie que pueda volver a esclavizarnos. Faraón aprendió esta lección de manera dura y todo porque nunca quiso reconocer el poder y la fuerza de Dios. Faraón pensó que podría esclavizar de nuevo a los israelitas por medio de sus ejércitos. Tomó a todos sus oficiales, soldados, carros y caballos y fue tras ellos. Cuando pensó que los había alcanzado, Dios se interpuso entre ellos dando luz a los israelitas y oscuridad a los egipcios.


Es interesante notar que los egipcios pensaron que Israel estaba totalmente perdido con el mar al frente y el desierto a sus espaldas. Pero no contaban con la intervención milagrosa de Dios quien se especializa en hacer lo imposible. Dios le mandó a Moisés que dejara de orar y que accionara. Verdaderamente que hay un tiempo para todo. Y el tiempo de accionar la fe había llegado para el pueblo y para Moisés. No basta solamente con hablar acerca de lo que Dios puede hacer, sino que también debemos actuar sobre esa fe. Cuando Moisés se levantó y abrió los brazos, el mar se dividió en dos de tal forma que hubo un camino seco sobre el cual pasaron todos los israelitas. Ninguno de ellos se perdió porque actuaron en fe al caminar entre las murallas de agua que rodeaban el camino. Sin embargo, cuando los egipcios entraron a ese mismo camino, se confundieron porque a pesar de que el camino estaba seco, sus carros se atoraron y no pudieron avanzar. Cuando ya quisieron tocar la retirada, fue muy tarde. Dios comenzó a cerrar el mar. Pero lo hizo desde el lado por donde los egipcios habían comenzado, de tal forma que ya ni siquiera pudieron volver a su lugar de origen. Allí, en medio del mar, perecieron para nunca más volver a perseguir al pueblo de Dios.


¡Qué lección para nosotros! Dios nos manda a activar nuestra fe y a creer que El puede hacer hasta lo imposible. Pero nosotros debemos dejar de clamar y comenzar a actuar. ¿Andan mal nuestras finanzas? ¡Trabajemos en lo que sea! ¿Están enfermos nuestros hijos? ¡Oremos por ellos antes de ir a endeudarnos con el doctor! Solamente así podremos ver cómo Dios pelea las batallas por nosotros. Pero recuerde, Dios requiere de nosotros acción.

Friday, January 30, 2009

MARCADOS PARA SALVACION


La lectura de hoy se encuentra en Exodo 12. La Biblia nos relata las instrucciones que Dios le dio a Moisés para el pueblo de Israel. Estas instrucciones incluían detalles acerca de la celebración de la Pascua. Era necesario recordar con una fiesta solemne el hecho de que Dios había pasado por encima del pueblo israelita al castigar a los egipcios. Es importante notar que la obediencia de cada jefe de familia fue la clave para este evento tan importante.


Cada jefe de familia tuvo que escoger un cordero para sacrificarlo y cocinarlo. La sangre del animal fue usada para marcar los postes y el dintel de la puerta de cada casa. Es interesante que nadie pudo llevar a cabo este trabajo por nadie más. Cada jefe de familia era responsable por su propia familia. De esta forma, cuando el ángel del Señor pasó por Egipto, al ver la sangre del cordero, no tocó a nadie en esa casa. Sin embargo, las casas que no estaban marcadas sufrieron la grave pérdida de todo primogénito que allí vivía.


Egipto acabó siendo duramente azotado por la desobediencia de su líder. Faraón finalmente llamó a Moisés y le ordenó, “¡Largo de aquí! ¡Aléjense de mi pueblo ustedes y los israelitas! ¡Vayan a adorar al Señor, como lo han estado pidiendo! Llévense también sus rebaños y sus ganados, como lo han pedido, ¡pero váyanse ya, que para mí será una bendición!” Fue así como Dios libró a Israel del poderío egipcio. Y aún hoy en día se celebra la Pascua como el momento en que Dios pasó por encima del pueblo marcado con la sangre del cordero para azotar a los que no tenían esa marca.


Nosotros también hemos recibido instrucciones tan claras como las que Moisés le dio a los israelitas. Si no estamos cubiertos por la sangre del Cordero de Dios, Jesucristo, sufriremos graves pérdidas personales. Pero hoy es el día agradable de preparación. Es hoy cuando Dios nos hace la invitación de participar para evitar cualquier tragedia. Y no solamente debiéramos hacer preparativos para nosotros, sino también para nuestros hijos. Debemos marcar nuestro hogar de tal forma que cualquiera que pasare por él sepa que pertenece a Dios y que está marcado para salvación.

Thursday, January 29, 2009

PERDONAR ES MEJOR QUE PEDIR VENGANZA


La lectura de hoy se encuentra en Exodo 11. Allí se nos cuentan los detalles de la última plaga que Dios envió contra Egipto y el faraón. Mucha paciencia había tenido Dios con este hombre de corazón duro. Cada vez que una plaga llegaba, el faraón aparentaba arrepentirse y ofrecía dejar libre a los israelitas si la plaga terminaba. Una vez que la plaga era calmada, el faraón nuevamente adoptaba su posición inflexible y acababa no dejando libre al pueblo.


En esta ocasión Dios fue más severo y le dijo a Moisés, “Hacia la medianoche pasaré por todo Egipto, y todo primogénito egipcio morirá: desde el primogénito del faraón que ahora ocupa el trono hasta el primogénito de la esclava que trabaja en el molino, lo mismo que todo primogénito del ganado. En todo Egipto habrá grandes lamentos, como no los ha habido ni volverá a haberlos.” ¡Qué terrible castigo! Perder al hijo primogénito, al padre primogénito, a la hermana que nació primero, a la abuela primogénita, etc. Y todo por no querer obedecer a Dios.


Cuando Moisés fue a llevar el ultimátum al faraón, éste no quiso hacer caso. Entonces “…ardiendo de ira, salió Moisés de la presencia del faraón…” ¿Por qué se enojó Moisés? Porque para toda persona que ha conocido a Dios en verdad, nunca debiera haber el deseo intenso de venganza. El amor de Dios debiera ser más grande que nuestro deseo de ver a nuestro enemigo quebrantado.


Hoy podemos aprender que no importa cuánto nuestros enemigos nos hayan maltratado, todavía así podemos demostrarles amor. Nunca deberíamos orar pidiendo destrucción y juicio contra nadie. Dios sabe lo que hace y a Su tiempo dará a cada uno conforme a sus obras. Esperemos en Dios mientras intercedemos con perdón por aquellos que nos han maltratado.

Tuesday, January 27, 2009

OBEDEZCAMOS A DIOS SIN EXCUSAS


La lectura de hoy es bastante amplia. Se encuentra en Exodo capítulos 6 al 8 y habla del trato que Dios tuvo con Moisés. A pesar que Dios lo había llamado y le había mostrado Sus maravillosos prodigios, Moisés no quería muy bien cumplir con la misión divina. La Biblia nos dice que ya él había ido ante los israelitas, pero estos no le creyeron debido a su desánimo y tristeza. Es entonces que Moisés le dijo a Dios, “¿Y cómo va a hacerme caso el faraón, si ni siquiera los israelitas me creen?” Dios le dijo a Moisés que lo había puesto como Dios ante el faraón. Y hasta le dio por profeta a su hermano Aarón. Todavía así, Moisés no quiso comprender. Finalmente, para convencerlo, Dios comenzó a manifestar Su extraordinario poder enviando plagas contra los egipcios.


Es tiempo de hacer caso al llamado de Dios sobre nuestras vidas y dejar de inventar excusas inservibles. Dios es sumamente paciente, pero es necesario que le obedezcamos ya. No hay tiempo que perder. Vayamos y veamos las grandes maravillas que Dios ha de hacer cuando le obedezcamos.

DEJEMOS A UN LADO LAS EXCUSAS


La lectura de hoy se encuentra en Exodo 3. Nos habla de la historia de Dios llamando a Moisés a la misión mas extraordinaria y riesgosa de su vida. La Biblia dice que Moisés se dedicó a cuidar las ovejas de su suegro Jetro. ¡Qué increíble es pensar que después de haber estudiado en las más prominentes escuelas de aquel entonces, Moisés se rebajó a sí mismo para ser un simple cuidador de animales! Pero Dios siempre tiene planes diferentes para sus hijos.


Estando Moisés en sus ocupaciones acostumbradas y en lugares bien conocidos, Dios se manifestó ante él y le habló. Le dijo acerca del clamor del pueblo que había sido esclavizado en Egipto. Y le explicó que él había sido elegido para ir y hacerlos libres. Pero Moisés comenzó a poner excusas por las cuales el no era el más indicado para llevar a cabo esta tarea.


Primero, Moisés cuestionó sus propias limitaciones, “¿Quién soy yo?” Lo impactante es la respuesta divina, “Yo estaré contigo.” ¿Se da cuenta? Dios nunca hará grandes cosas porque nosotros las podamos hacer. El siempre hará lo imposible a través de personas insignificantes e imposibilitadas para que nadie presuma de nada sino únicamente del poder maravilloso de Dios.


Segundo, Moisés preguntó por el nombre de Dios para decirle a los israelitas quién le había enviado. Dios le dijo que El era, “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Sin duda que esta generación no había experimentado los maravilloso prodigios divinos. Pero habían oído hablar de todo y cuanto El había hecho pos los antepasados tan respetados y admirados de este pueblo.


Hoy en día, usted y yo debemos oír la voz de Dios que nos manda trabajar en Su obra. Y debiéramos obedecer sin poner excusas. Es normal pensar, “Pero, ¿por qué yo? No tengo educación ni experiencia. No sé cómo hacer esto.” Sin embargo Dios nos responderá que El está con nosotros. Y eso es más que suficiente para obedecerle, confiando que El nos dará la victoria. No solo eso, sino que además, recordemos que el mismo Dios que hizo maravillas y grandes milagros con nuestros antepasados es el mismo que hoy nos llama a servirle. Lo imposible lo hará El mientras nosotros nos dejemos usar como simples instrumentos.


Dejémonos ya de excusas y sirvamos a Dios en el 2009 con todo nuestro corazón.

Monday, January 26, 2009

PADRES INTREPIDOS


En Exodo 2:1-10 se nos habla acerca de la historia de unos padres muy valientes. Estas personas fueron caracterizadas por su intrépida acción. El faraón de aquel entonces había establecido que todo hijo varón que naciera en el pueblo de Israel debía ser echado al río para que muriera. Esto lo hizo ya que los hebreos, “…más se multiplicaban y se extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo…”


La Biblia dice que estos padres escondieron a ese niño durante los primeros tres meses. ¿Se puede usted imaginar tratando de ocultar a un bebe por los tres primeros meses después de nacido? ¡Sería imposible! Uno nunca sabe cuándo el bebe va a llorar de hambre o de malestar. Pero aún así estos padres lo protegieron. Y cuando ya no lo pudieron ocultar, decidieron ponerlo en una canasta dentro del río y esperar en Dios para ver qué sucedería. Mientras la canasta avanzaba, la hermana mayor del niño le seguía la pista para ver dónde llegaría.


Dios honró la determinación de estos padres ya que aquel mismo día la hija del faraón se encontraba bañando en el río. Al ver la canasta, ordenó a una de sus esclavas que fuera por ella y cuando la abrió, vio que dentro estaba el niño. La hija del faraón fue movida a misericordia y se preguntaba cómo lo iba a cuidar. Fue entonces que la hermana del bebe salió al encuentro para ofrecerle ayuda en buscar quién cuidara al niño. La hija del faraón estuvo de acuerdo y se lo devolvió a la misma y verdadera mamá para cuidarlo. ¡Qué cosas tan extraordinarias hace Dios!
Estos padres no estuvieron dispuestos a cumplir con las órdenes injustas del faraón. Decidieron arriesgar sus propias vidas con tal de mantener al niño con vida. Dios los honró permitiéndoles crecer al niño durante la etapa más importante de su desarrollo. Sin duda que le enseñaron acerca del cuidado tan especial que Dios había tenido para con él. Sin duda que le hablaron acerca de un plan muy grande que Dios tendría para su vida. Eventualmente la hija del faraón reclamó al niño, lo adoptó como su hijo y se lo llevó al palacio a vivir con ella. Por cierto, le puso por nombre Moisés que significa, “Yo lo saqué del río.”


Si los padres de Moisés hubieran obedecido las órdenes del faraón, hubieran acabado con la vida del mismo libertador del pueblo judío. Si los padres hubieran considerado que el riesgo era muy grande, se hubieran lamentado eventualmente. Es por eso que Dios aborrece el aborto. Uno nunca sabe cuáles son los planes para ese niño o niña. Pero la Biblia nunca se equivoca cuando dice, “Tu sabes cómo fui formado, poquito a poquito. Como fui esculpido de nada hasta ser algo. Como un libro abierto, me viste crecer desde la gestación hasta mi nacimiento; todas las etapas de mi vida estaban abiertas para Ti. Los días de toda mi vida estaban todos preparados aún antes que yo viviera uno solo de ellos” (Salmo 139:16 – El Mensaje)

Saturday, January 24, 2009

DIOS PUEDE MARCAR LA DIFERENCIA


En Génesis 50 leemos acerca de un incidente muy triste. Jacob, el padre de José, murió. Esto causó gran conmoción en Egipto. Por siete días la nación entera lloró por Jacob. Después de esto José pidió autorización de Faraón para ir hasta Canaán a enterrar a su padre. Al ir a aquel lugar, le siguió una gran multitud de dignatarios egipcios juntamente con familiares y una escolta militar.


Es increíble lo que Dios hace en la vida de personas que se rinden por completo a El. Jacob había sido un usurpador. Se había aprovechado de su hermano Esaú para tomar la primogenitura que no le correspondía. En lugar de esperar el cumplimiento de las promesas divinas, creyó que estaba en todo el derecho de arrebatarlas. Por sus actos ilegales tuvo que huir de su hogar para vivir con su tío en un lugar lejano. Allí se enamoró de una mujer pero el padre de ésta lo engañó y le dio por esposa a la hermana mayor. Jacob tuvo que trabajar muchos años más para finalmente casarse con la mujer que amaba. Eventualmente tuvo que regresar a su casa para confrontar al hermano que había engañado. Dios le dio bendición y gracia para que su hermano lo recibiera e hicieran la paz. Sus hijos también engañaron a este engañador ya que un día vendieron a su hijo preferido, a José, y luego le dijeron que una bestia salvaje lo había devorado. Lloró amargamente esta terrible noticia.


¡Qué vida tan llena de tragedia! Pero que interesante que en el día de su muerte fue reconocido y enterrado con todos los honores que solamente un dignatario merecía. Que también así sea nuestra experiencia personal. Que a nuestro nacimiento la gente haya reído de alegría y que a nuestra muerte, la gente llore de profunda tristeza. Que sientan que nuestra vida hizo un impacto en ellos y no que suspiren de alivio por nuestra partida. No importa lo que hayamos sido, si aceptamos a Cristo como Salvador y permitimos que obre, El cambia nuestra vida.

Friday, January 23, 2009

¿POR QUE LLORO JESUS?


La lectura de hoy se encuentra en Lucas 19. Se nos cuentan varias historias, pero la más interesante es la de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Estaba ya cerca el tiempo de la Pascua. La ciudad estaba llena de visitantes que venían de diversos lugares para adorar. Y fue así que Jesús dio órdenes a Sus discípulos para que le trajeran un pequeño asno sobre el cual entraría a la ciudad. ¡La gente comenzó a aclamar a Jesús! Pero aun así, el relato bíblico dice que “cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella.” ¿Por qué esta reacción? ¿Acaso no era esto lo que Jesús tanto había esperado?

Jesús lloró porque nadie pudo reconocer los grandes prodigios que Dios había hecho en el pasado. La gente sabía que estaba en Jerusalén para participar en un ritual significativo. Pero se les había olvidado lo que esto representaba en verdad. La Pascua era un recordatorio de cómo Dios los había sacado de Egipto a pesar de la oposición de Faraón. Dios había enviado nueve plagas contra los enemigos de Israel. Ellos dudaron que Dios hubiera estado en medio de aquellas prodigiosas señales. Los mismos hechiceros de Faraón pudieron copiar algunas de estas señales. Pero lo que no pudieron hacer fue detener al ángel que Dios había enviado para quitar la vida a todo primogénito de Egipto. Tampoco pudieron detener a la gente de Egipto de darle al pueblo de Israel todo y cuanto tenían en oro. Finalmente, no pudieron hacer nada cuando Dios abrió el Mar Rojo para permitir que Su pueblo pasara en seco. Cuando los ejércitos de Faraón quisieron atravesar, Dios cerró el mar y allí mismo murieron todos los que perseguían a Israel. Egipto quedó en total ruina. La población entera estaba de luto, todo el oro había sido quitado y el ejército mismo había desaparecido. Ahora que Jesús entraba a Jerusalén, nadie había que recordara estas poderosas obras. Qué triste que hoy nosotros nos olvidemos de lo que Jesús ha hecho por nosotros. Qué triste que participemos de ceremonias tan significativas como la Cena del Señor mientras nos olvidamos de lo que en realidad estamos haciendo.

Jesús lloró porque la gente no estaba enfocando en Su autoridad, sino en los eventos que ocurrían en aquel mismo instante. No los emocionaba mirar que las Escrituras se estaban cumpliendo, sino el hecho de que Jesús había logrado domar un animal que no estaba acostumbrado a llevar carga alguna sobre su lomo. Sin duda que la gente se emocionó por la reacción de otros. Quizás ni sabían qué estaba ocurriendo, pero se unieron a la celebración. Así sucede hoy en día cuando quitamos el enfoque de Jesús y lo centramos en otras cosas que no nos ayudan en nada. Nos parece más importante quién canta que a Quien le cantamos. Nos parece más importante quién predica que a Quien predicamos. A veces no sabemos ni por qué aplaudimos o gritamos. Simplemente lo hacemos porque los demás lo hacen.

Jesús lloró porque los líderes religiosos estaban enfocados en lo que habría de suceder. Sus corazones y mentes estaban llenas de odio hacia Jesús y ya habían comenzado a hacer planes para matarlo. Para ese entonces, ya Judas estaba tramando cómo traicionar al Maestro. Ninguno de ellos pudo evaluar el hecho que delante tenían al Mesías tan esperado. Simplemente vieron amenazadas sus anémicas formas de buscar a Dios. ¡Cuántos de nosotros hoy en día somos como aquellos líderes religiosos! No queremos permitirle a Dios que obre en las áreas ocultas de nuestra vida. Nos incomoda que entre a nuestro corazón porque sabemos que encontrará muchas cosas fuera de orden.
Si Jesús entrara hoy a su vida, ¿se pondría a llorar? Recuerde que si usted mantiene vivo el recuerdo de dónde Dios le sacó, si mantiene un enfoque claro de adoración al entrar en Su presencia, y si perdura en la esperanza de que el Salvador viene pronto, no habrá razón alguna para que Jesús llore.

Wednesday, January 21, 2009

DIOS NOS HA TRAIDO HASTA AQUI


La lectura de hoy se encuentra en Génesis 45. Aquí se nos relata la historia del encuentro entre José y sus hermanos. Muchos años habían pasado desde la última vez que se vieron. Pero sin duda que en el corazón de José se amotinó una ola de recuerdos amargos: La maldad de sus hermanos al echarlo en el pozo seco; el momento en que lo vendieron como esclavo; la forma en que la esposa de Potifar lo acusó injustamente; su largo tiempo en la cárcel. Y todo esto había ocurrido a causa de este grupo de hombres que ahora estaba delante de él implorando ayuda.


¡Qué fácil hubiera sido exterminarlos a todos! ¡Qué satisfacción para José el vengar todos sus momentos de angustia y desesperación! Pero esto no sucedió. Después de echar a todos sus siervos de la corte, no pudo resistirlo más y se manifestó a sus hermanos. ¡Qué momento tan aterrador habrá sido para aquellos hombres malos! Para José fue un momento de llanto que todos en Egipto se enteraron. Este no fue un llanto de amargura ni de odio. Fue un momento de luz en el cual José finalmente comprendió el propósito divino. No eran sus hermanos quienes lo habían enviado hasta aquí. Era Dios que lo había puesto en el lugar correcto y en el tiempo apropiado para cumplir sus sueños y preservar la vida de sus hermanos. Las palabras de consuelo de José hacia sus hermanos son exquisitas ya que dijo, “Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas. Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre, y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas. Por eso Dios me envió delante de ustedes para salvarles la vida de manera extraordinaria y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra. Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto.”


Hoy podemos entender que cuando estamos conscientes de todo lo que Dios ha hecho a nuestro favor, no podemos aferrarnos a rencores ni amarguras. Lo que pasó ayer no fue simplemente lo que nuestros padres, hermanos, tíos o primos quisieron. En todo, la mano de Dios estaba allí para guiar nuestra vida y traernos al punto actual de nuestra historia. Así que dejemos a un lado los odios y pleitos por lo que nos hicieron. Demos gracias a Dios que en medio de la dificultad, Su plan y Su voluntad se cumplieron. Y aunque hubieran habido aparentes contratiempos, Dios los usó para manifestarse como nuestro Salvador. Amemos a los demás y demos gracias.

Tuesday, January 20, 2009

ACUERDESE DEL SAMARITANO


Hoy leemos en Lucas 17:1-19 acerca de la historia de los diez leprosos. Hay muchas lecciones interesantes que de aquí podemos aprender. Por ejemplo, la Biblia dice que Jesús atravesó la región de Samaria en su camino a Jerusalén. Sin duda que pudo haber elegido una ruta diferente para así no pasar por esta área en donde habitaban los más consagrados enemigos de los judíos. Pero para Jesús no hay diferencia de personas. El siempre pasa por donde nadie más quiere para ayudar a quienes tanto lo necesitan.


Al entrar a un pueblo, le salieron al encuentro diez hombres con una grandísima necesidad. Los diez estaban contaminados por la lepra. Esta era una enfermedad que comenzaba con la descoloración de la piel del individuo. Eventualmente se formaban unas úlceras que al secarse, causaban que la piel se cayera juntamente con la parte afectada. Esto producía serias deformaciones en la persona ya que podía perder la nariz, los dedos, las manos, las orejas, la mandíbula, etc. Al ocurrir esto, el individuo debía cubrirse por completo para no mostrar sus deformidades. Se envolvían la cara y las manos y esto los hacía fácil de identificar como enfermos. Siendo que la enfermedad era altamente contagiosa, las personas contaminadas debían ser expulsadas de los pueblos. Si entraban a algún lugar público, debían anunciarse como leprosos ya que si no lo hacían corrían el riesgo de ser apedreados. No tenían derecho de ver a sus familias ni mucho menos de presentarse en el templo. Unicamente el sacerdote tenía la autoridad de declararlos limpios y entonces podían reincorporarse a la vida social.


Esto es lo que aquellos hombres enfermos confrontaban. Pero no contaron con enfrentarse con Aquel que todo lo puede. En su terrible situación, habían escuchado hablar de Jesús, el Sanador. Se propusieron encontrarse con El y lo lograron. Antes que Jesús pudiera entrar a aquel pueblo, se interpusieron en el camino y desde la distancia le gritaron, “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!” Jesús no los tocó, no oró por ellos, no hizo lodo con su saliva y se los aplicó. Simplemente les dio una orden, “Vayan a presentarse a los sacerdotes.” Lo admirable es que aquellos hombres no dudaron. Inmediatamente obedecieron a Sus palabras. Por el camino, comenzaron a notar cambios. Sintieron el poder milagroso de Dios sobre sus cuerpos quebrantados. Se sintieron libres de aquellos vendajes que por mucho tiempo los había oprimido.


Uno de ellos se detuvo. Se dio cuenta que aquella sanidad no era mera coincidencia ni suerte. ¡Jesús lo había sanado! Sin duda que habló a los demás acerca de regresar al Sanador para darle gracias, pero nadie hizo caso. Pudiéramos pensar en más de nueve excusas por las que esos hombres no quisieron regresar. Pero aquel samaritano, siendo lo que los judíos consideraban lo más vil, sintió la urgencia de regresar para dar gracias a Dios.Hoy, piense en todo lo que Jesús ha hecho por usted. Le ha librado del pecado y la enfermedad. Nos ha permitido volver a reunirnos con nuestras familias que antes habían estado alejadas. ¿No cree que sea tiempo de ser agradecidos? Acuérdese de aquel samaritano. Recibió más grande bendición que los otros nueve.